La microbiota, conocida como flora intestinal, es un conjunto de microrganismos vivos (bacterias) que se encuentran en el intestino o tubo digestivo del organismo humano, señala TopDoctors.
Estas bacterias intestinales son beneficiosas para el desarrollo del sistema inmune, así como para el estado de ánimo y la conducta, por lo que es fundamental. Estas no solo se encuentran en el intestino, también en la piel, la boca y en el tracto urogenital.
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La microbiota se adquiere desde el momento en el que nacemos y se estable aproximadamente hasta los tres años. Después de esta edad, se pueden producir modificaciones en la flora intestinal a causa de los diferentes hábitos dietéticos que tengan los infantes a lo largo del tiempo.
A continuación, te contamos más sobre las características de la microbiota intestinal del recién nacido, cómo afecta al bebé y qué medidas podemos tomar para cuidarla.
¿Cómo se adquiere la microbiota del recién nacido?
La microbiota del recién nacido comienda a formarse antes del parto, detalla OKdiario, pero no es hasta el nacimiento cuando se estableces de forma definitiva, dado que el tipo de parto (cesárea o natural) y el tipo de alimentación (leche materna o fórmula) son factores determinantes que influyen en la composición de la microbiota del recién nacido.
En caso de que el parte sea natural, el bebé adquiere una flora similar a la de la vagina de su madre, estimulando el sistema inmune del recién nacido, ayudándole a tolerar los microorganismos que encontrará en su entorno.
Por otro lado, si el nacimiento fue por cesárea, el bebé recibe los microorganismos de la piel de la madre y del personal médico que el administra bacterias como Staphylococcus, Corynebacterium o Propionibacterium. No obstante, esto puede salir contraproducente, pues estas bacterias pueden alterar el equilibrio de la microbiota del recién nacido.
¿Cómo afecta la alimentación a la microbiota del recién nacido?
La alimentación del recién nacido es clave para el desarrollo de su microbiota, dado que la lactancia materna o la fórmula juegan un papel importante.
A través de la lactancia se adquieren diversos nutrientes que ayudarán al bebé a adquirir más microorganismos para su sistema inmune. En el caso de la fórmula, esta es beneficiosa, no obstante, puede elevar el riesgo de adquirir infecciones como cólicos o alergias, además de ser menos digestiva.
Por estas razones, se recomienda tener tanto partos naturales como lactancia materna, pues de esta forma el bebé podrá adquirir la microbiota que requiere para mantenerse sano, señala Cuidado infantil.
(Con información de OkDiario, CuidadoInfantil, Top Doctors).