Cuando una mujer se convierte en madre experimenta muchos cambios físicos, emocionales y mentales, pero también su cerebro se modifica y a continuación te decimos cómo lo hace.
Muchas mujeres señalan que ser madre es una de las mejores cosas que les puede pasar y es que se dice que hasta que se convierten en madres conocen lo que es el amor verdadero, sin embargo, durante toda esa etapa experimentan diversos cambios.
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¿Cómo cambia el cerebro de la mujer cuando es mamá?
Un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience demostró que el cerebro de las mujeres cambia cuando están embarazadas, ya que la materia gris se reduce durante el embarazo mejorando la empatía con el bebé.
La reducción de la materia gris optimiza determinadas funciones, como la agudización a la hora de detectar amenazas del entorno, la investigación señala que estos cambios se mantienen dos años después del parto.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores realizaron resonancias magnéticas en el cerebro de 25 mujeres antes de quedar embarazadas y después de haber dado a luz.
Las mujeres también se vuelven más inteligentes al ser mamás
Cuando una mujer se convierte en mamá su cerebro tiende a tener mayor capacidad para gestionar diferentes tareas a la vez. Aumenta la capacidad de empatía y la capacidad organizativa y resolutiva.
Todos los cambios hacen que el cerebro de una madre sea más inteligente. De hecho, el cerebro de una madre presenta mayor actividad neuronal.
Los sentidos de una madre también se agudizan
El córtex cerebral encargado del sentido del tacto cambia drásticamente, lo que garantiza una mejor comunicación entre el bebé y su madre. También se agudiza el oído, capaz de reconocer diferentes tonos en el llanto de su hijo. Y el olfato, se vuelve ‘superpoderoso’ durante el embarazo. La agudeza visual también mejora.
También aumenta la actividad en la zona cerebral que controla el amor
Las mujeres al ser madres se llenan de más fuerza y valentía, y desarrollan un sentimiento de protección con su hijo, esto se debe a la oxitocina y la prolactina, una hormona que segregan las neuronas en la zona de la base del cráneo para favorecer el vínculo de amor de la madre hacia su hijo y que no busca otra cosa más que proteger la supervivencia del bebé.
Aumenta la actividad en la zona de las emociones
El cerebro se encoge durante el embarazo para que aumenten las conexiones cerebrales, este encogimiento beneficia a zonas como el hipocampo, para dar prioridad a las emociones y favorecer la formación del vínculo entre madre e hijo.
La zona cerebral que rige las emociones muestra muchísima más actividad en las madres, sobre todo la que está relacionada con la empatía y las preocupaciones.
(Con información de: Universidad de Barcelona, Mi bebé y yo y Guía infantil)