¿Has pensado en que el amor con tu pareja algún día va a morir? Probablemente ni siquiera te atrevas a pensarlo, pero hacerlo en realidad puede tener algunos beneficios, especialmente porque muchas relaciones pueden morir lentamente sin que nos demos cuenta y cuando queramos hacer algo por salvarlo, ya es demasiado tarde.
Así lo explica en entrevista con Sumédico la tanatólga Gaby Pérez Islas, quien en su más reciente libro “La muerte del amor”, revela a detalle cómo reconocer cuando nuestra relación está agonizando, cuándo podemos salvarla y cuándo es mejor terminar y vivir nuestro duelo.
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Gaby Pérez es tanatóloga, acompaña a enfermos terminales y personas en proceso de duelo, es escritora y tiene 7 libros publicados.
¿Por qué reconocer que el amor en una relación puede morir?
La experta señala que pensar en que el amor puede morir nos sirve para trabajar en nuestras relaciones, ya que la única manera en que realmente valoramos algo es sabiendo que se va a acabar.
“Una relación se puede terminar si no la cuidamos. El amor no lo resiste todo ni sobrevive todas las tormentas, es algo vivo y necesita ser cuidado. Saber que se acaba te hace consiente de la importancia de hacerte cargo de él”, afirma.
¿Qué hace morir a una relación de pareja? Gaby Pérez Islas enlista las principales razones por las que una relación se termina:
- Falta de intimidad
- Traición o infidelidad
- Problemas de dinero
- Falta de comunicación
- Rutina en la pareja
- La llegada o mudanza de los hijos
Algo que destaca la autora es que las relaciones van enfermándose poco a poco, es como una herida que necesita desinfección y cuidados, sino lo hacemos y dejamos que el tiempo lo cure por sí solo, lo único que va a pasar es que se hace una infección grave que puede llevar a perder el brazo.
“Por eso es importante trabajar cada momento, cada pérdida y duelo que tenemos para no irnos llenando de basura emocional y que luego busquemos en quién descargarla”, menciona.
La también conferencista motivacional detalla que a veces enviudar es menos duro que tener una ruptura por una infidelidad o simplemente porque ya no se aman “porque al menos cuando la pareja muere queda el dulce consuelo de que la persona no se quería ir, mientras que en un divorcio o separación la persona sí se quería ir”.
Además, en estos casos queda un dolor emocional y un ego profundamente lastimado, lo que complica el proceso de duelo.
Evadir los temas difíciles, primer síntoma de la muerte del amor
Lo que no se habla es lo que más trabajo nos cuesta detectar como un problema en la relación, advierte Pérez Islas. Una infidelidad o una discusión por alguna diferencia son cosas que salen a la luz y de las que tenemos que hablar de una u otra forma, pero todo aquello que no decimos es lo que poco a poco va a matando la relación.
Muchas veces, no lo decimos porque la pareja nos dice que le da flojera hablar de esos temas o sabemos que no vamos a llegar a nada o que siempre es lo mismo en la relación, así que empezamos a decepcionarnos sin haber intentado al menos arreglar las cosas.
“Cuando nos damos cuenta, eso ya está petrificado y la relación es un cadáver total. Por eso hablar es el principio de todo, de la terapia y de la vinculación, pero tenemos que usarlo para conectarnos, no para atacarnos”, recalca la tanatóloga.
El problema es que muchas veces nos cuestan trabajo esas conversaciones, preferimos evadirlas sin darnos cuenta de que al no hablar de lo que nos incomoda o nos molesta en la relación, facilitamos una separación.
“Por ejemplo, en la intimidad, nos da pena decir lo que queremos, cómo lo queremos y cuándo, nos vamos conformando y se va quedando una insatisfacción. Tenemos que hablarlo y preguntar constantemente '¿estoy siendo la persona que tú necesitas en este momento?' Y cuestionarnos también si la pareja es lo que necesitamos, porque las personas evolucionan y las relaciones también”, afirma la experta.
Parejas que se aman, pero se dejan de querer
La autora menciona en su libro que algunas parejas pueden amarse, pero se dejan de querer y esto se refiere a que aunque hay amor, es decir, queremos estar al lado de esa persona y cuidarla, no hay un proyecto en común, no nos abrazamos ni tocamos. “Son parejas que prácticamente son roomies o compañeros de piso, comparten la vida muy bien pero no hay intimidad”, destaca.
Una relación puede llegar a este punto por muchas razones, como la rutina, la falta de proyectos en común o a veces por causa de salud, cuando alguno de los dos enferma de gravedad.
Tener un proyecto en común con la pareja es fundamental, especialmente si tienen hijos, ya que cuando llegan está el propósito de sacarlos adelante y volverlos independientes, pero cuando se van, si la pareja no tiene un proyecto juntos no va a sobrevivir.
“Cuando llegue el momento del nido vacío y voltees a ver a la persona que vive contigo, te das cuenta de que es un completo extraño, por eso necesitamos hacernos espacios para tener citas, salir solos como pareja y hablar de temas que no sean los hijos o la casa, todo eso une a la pareja”, detalla Pérez Islas.
La pandemia separó a muchas parejas
La experta señala que hubo muchos covid-divorcios, principalmente porque las parejas tuvieron que convivir todos los días las 24 horas y eso no es nada fácil. “No es lo mismo ver a alguien unas horas al día que verla todo el tiempo, tienes que estar muy bien acoplado porque es cuando te muestras realmente como eres”.
En ese sentido, recalca que lo que une a la pareja no es que estén de acuerdo en todo, sino que exista un respeto por sus diferencias, porque todos tenemos defectos y si podemos con eso y la pareja también puede con los nuestros, una vez que pase el enamoramiento la convivencia puede ser mejor.
Ante diferencias más importantes, debemos tener presente que lo que nos molesta hoy nos va a incomodar mañana. “El arte de estar en pareja implica la negociación, hablar de las cosas, principalmente de las que no nos gustan y tener muy claro cuáles son nuestros negociables y qué cosas no aceptaríamos por ninguna razón”, enfatiza Gaby Pérez Islas.
Una de las cosas más importantes para saber si una pareja es ideal o no es ver cómo trata a los demás, porque eventualmente, cuando pase el enamoramiento, esa será la forma en que nos trate.
“Observa cómo es cuando se enoja, no nada más lo bonito cuando están juntos. El primer pleito en pareja es fundamental para descubrir realmente cuál es su nivel de tolerancia y fíjate también muy bien en su familia de origen, porque vas a involucrarte mucho con ellos”, agrega la autora.
¿Cómo sobrellevar el duelo tras la ruptura?
El primer paso es redirigir todo ese amor que teníamos por la pareja hacia uno mismo, para conocer cómo estamos, en qué podemos mejorar y cómo seguir adelante.
Tras la ruptura, sugiere la tanatóloga, hay que aprender a despedirnos sanamente y detectar aquello en lo que tenemos que trabajar.
Estadísticamente, de las personas en duelo un 4% van a quedar atascadas en el proceso, es decir no van a poder avanzar. En esos casos, donde el enojo y la tristeza no nos dejan avanzar a la aceptación, la recomendación de la experta es buscar ayuda profesional, especialmente si tenemos síntomas como problemas para dormir, cambios en los hábitos alimenticios, llorar demasiado y sin control o pensar en que la vida no vale la pena.
“No se trata de superar a tu ex, sino de aceptar lo que pasó y recordar que no somos lo que perdimos, somos lo que hacemos con lo que perdimos”, afirma.
¿Cómo saber si mi relación tiene solución?
En su libro, Gaby Pérez Islas incluye un test para saber si la relación que tenemos está viva, si es un enfermo terminal o ya murió y estamos cargando el cadáver. La recomendación de la experta es contestarlo en pareja para abrir la conversación a los temas difíciles y conocer el estatus de nuestra relación.
“Eso nos va a servir para tomar decisiones y hay que tener en cuenta que sea lo que sea, lo que estemos viviendo no nos va a destruir, nos tiene que construir en una mejor persona. Si la relación termina no significa el fin de la vida, porque nadie puede quitarte tu capacidad de amar”, concluye.