‘Es una pregunta difícil de contestar’, mencionó la pareja de Patricia Matus cuando le preguntó si ellos llevaban una planificación familiar. Tener un embarazo adolescente pareciera ser ejemplo de una respuesta negativa, pero el amor, la elección y la felicidad que encuentran en su familia les recuerda que no existe un sólo camino para iniciar una familia, pues la planificación familiar se escribe, borra y reescribe.
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“La planificación familiar puede ser plan definido con opción A, B,C y D porque las cosas no salen como una o uno espera. La planificación familiar tiene que ver con metas que me propongo para poder tener un acceso a la felicidad”, enuncia Patricia Matus.
Al tener un embarazo adolescente, Patricia Matus ahora busca evitar los estigmas que les reprodujeron sobre ser madre adolescente, tener relaciones y tener una familia. Desde la docencia hasta el activismo, reconoce que la planificación familiar es un proceso continuo. Cada persona elige su propio modelo.
¿Cómo se hace una planificación familiar?
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, la planificación familiar es el derecho de toda persona a decidir de manera libre y responsable, sobre el número de hijos y el momento en que los tendrá. La planificación familiar también aborda sí recibir información sobre el tema y los servicios necesarios. La planificación familiar es considerada un derecho independiente del sexo, la preferencia sexual, edad y el estado social o legal de las personas.
Para Silvia Beltrán, directora asociada de educación bilingüe en el equipo de Educación de Planned Parenthood, la planificación familiar también incluye el uso de métodos anticonceptivos para prevenir un embarazo. Entre estos métodos anticonceptivos están las pastillas anticonceptivas, la inyección anticonceptiva o los dispositivos anticonceptivos. Así como prácticas, por ejemplo, el coito interrumpido, la abstinencia y el seguimiento de los días fértiles.
“La planificación familiar adicionalmente abarca para las personas que no quieren tener hijos o ya tienen y quizás no quieren. Incluso los métodos anticonceptivos, como la vasectomía y la ligadura de trompas”
La planificación familiar es parte de una educación sexual. Sin embargo, en México se ha detectado una deficiencia de acceso a la información y recursos que permitan que todas las personas accedan a una planificación familiar. Derechos de infancia y adolescencia en México reportan que en 2021, el 61.1% de las personas de 12 a 19 años en el país no sabían que el condón masculino se empleaba para prevenir embarazos e infecciones de transmisión sexual. El porcentaje de adolescentes que comunicaron no tener este conocimiento era mayor entre los hombres con 63.2% que entre las mujeres con 58.9%. Aunque Patricia Matus recibió educación sexual, estuvo repleta de estigmas.
Patricia Matus creció en una familia católica. Sin embargo, reconoce que sus papás pertenecieron a una generación que estaba rompiendo los estigmas. Sus papás hablaron con ella sobre su sexualidad, pero en la escuela, la educación sexual que recibía estigmatizaba las relaciones, el aborto y las infecciones por transmisión sexual.
“Cuando nos hablaron de planificación familiar o relaciones íntimas, lo primero era mostrarnos que tener relaciones íntimas es malo porque te va a dar chancro y nos mostraba la imagen. Cuando hablaban del tema de aborto te ponían la clásica imagen de una persona en la plancha siendo completamente masacrada con uso de ganchos. Salías de esa charla con ganas de no querer ver nada, absolutamente nada, ni querer explorarte en lo más mínimo porque había miedo por detrás”
El miedo iba acompañado de más miedo. Quienes hablaban sobre relaciones íntimas eran programas de televisión como ’16 & pregnant’ programa transmitido por el canal estadounidense MTV que se enfocaba en los problemas del embarazo juvenil. “Te mostraban el lado catastrófico de no usar protección. ¿Te embarazas? Vas a vivir prácticamente en una casa rodante”, recuerda Patricia.
Si no se hablaba de relaciones íntimas, tampoco de planificación familiar. “No te hablan de planear, tener un plan de vida de lo que tú puedes hacer y qué va a pasar en caso”.
“Hay varios retos y barreras para que las personas pueden practicar planificación familiar. Una de ellas es la falta de acceso de servicios de salud y de planificación familiar porque los servicios no están disponibles o existe una falta de información”, menciona Silvia Beltrán.
Con ello, Silvia Beltrán añade que esto impide que la planificación familiar pueda ayudar a las personas a que los planes de tener una familia encajen con las metas que se establezcan en la vida.
¿Qué es la planificación familiar en la adolescencia?
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) alerta que la falta de acceso a la planificación familiar vulnera el derecho a la salud de todas las mujeres, en particular de las adolescentes. Cuando se enteran de que están embarazadas, muchas adolescentes abandonan la escuela, restando oportunidades de estudiar y desarrollarse, y de ingresar al mercado laboral. Teniendo consecuencias para ellas, sus familias y su la comunidad.
A los 18 años, Patricia Matus tuvo un embarazo adolescente. Para ella, contar su historia toca fibras bastante sensibles porque significó haberle fallado a sus papás. Su culpa iba acompañada del miedo sobre qué iba a pasar y qué iba a ser. ‘Ya no vas a seguir estudiando’, ‘quédate en casa’, ‘dedícate a la casa’, eran palabras que no quería escuchar.
Sin embargo, sus papás la preguntaron qué quería hacer. Tanto su pareja, como ella, decidieron continuar el embarazo. Aunque reconocían los retos que iba a atravesar, pensaban: ‘nos va a ir bien y hay muchísimo amor’, explica Patricia Matus.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) detalla que en 2018, del total de adolescentes de 15 a 19 años, 16% reportaron un antecedente de embarazo; proporción que aumenta a 39% en adolescentes que no asisten a la escuela.
“Te vas estresando muchísimo por encontrar un trabajo que empate con tu posición de estudiante y tu posición de madre para que puedas subsistir”.
Ahora a los 31 años, Patricia Matus piensa que tener su primer hijo en años posteriores hubiera sido menos complicado, pero no deja de ser un tema ambiguo, pues considera que la planificación familiar también es un tema complejo.
“No se puede tener un sólo modelo ideal de planificación familiar porque eso sería caer en el totalitarismo. Es pensar que todas las personas tienen las mismas oportunidades o acceso a los mismos recursos y no es así. La respuesta no es certera, más bien la reescribimos, la borramos y la escribimos porque la planificación familiar es un proceso continuo.”
Tras el miedo, la culpa y los retos que Patricia Matus atravesó, ahora como docente a nivel secundaria y preparatoria busca desestigmatizar el embarazo adolescente, la sexualidad y la planificación familiar.
“El ser madre adolescente, el ser padre adolescente no quiere decir que tu vida se trunca, los aliento a que vean que las cosas no tienen por qué ser completamente malas, pero que busquen que las cosas sean mejor. No les digo que no tengan relaciones, sino que conozcan su cuerpo, alcancen esa madurez emocional para ver qué les gusta y que no les gusta y que hay diversas formas de planificar una familia”.
Hablar sobre sexualidad, planificación familiar y embarazos adolescentes también ha conllevado sus retos. Patricia Matus identifica que algunas adolescentes tienen dificultad para hablar sobre estos temas porque sus mismos contextos y la información que han recibido a través de redes sociales ha provocado la reproducción de tabús.
“Se refieren a sus partes como ‘pajaritos’, mi ‘cosa’ o con groserías. Eso dificulta la barrera del pensar más allá”
Silvia Beltrán identifica que en Latinoamérica y el Caribe las creencias religiosas agregan dificultad para que una persona pueda tomar la decisión de planificar y acudir para recibir servicios. En otros lugares, como en Estados Unidos, ahora se añaden las restricciones legales.
“En algunas partes de Estados Unidos donde trabajo existen reacciones legales que limitan el acceso a servicios de planificación familiar. Entonces nosotros no siempre estamos viendo cómo podemos ayudar a las personas a superar estos retos, sino aseguramos de ser una fuente de confianza de información para que las personas se enteren sobre la planificación familiar y sepan cómo acceder".
“La clave tiene que ser la educación sexual, el quitarnos los estigmas porque no ahondan a la discusión”
El Consejo Nacional de Población explica que el 3 de agosto fue declarado como el Día Internacional de la Planificación Familiar como una oportunidad para destacar la relevancia de que las personas tengan información sobre los diferentes métodos anticonceptivos y sus ventajas para la prevención de embarazos no planificados ni deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS), especialmente en jóvenes y adolescentes.
Patricia Matus y Silvia Beltrán subrayan que la planificación familiar va acompañada de la educación sexual y estrategias que permitan romper los estigmas.
“Ahora el Instituto Nacional de Mujeres (INMUJERES), la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación Pública están teniendo planes de trabajo para que las personas tengan acceso a la planificación familiar. Sin embargo, esto ha sido resultado de la lucha que personas de la sociedad civil, las personas de la comunidad LGBTTTIQA+ y mujeres feministas han empujado para que se vaya rompiendo ese estigma”, destaca Patricia Matus, quien también es activista por los derechos sexuales y reproductivos.
Patricia Matus destaca que quitar el estigma de la planificación familiar también involucra cambiar la idea de la familia ideal, así como el reconocimiento a la interrupción legal del embarazo.
“Reconocer que existen las familias compuestas, la adopción y el involucramiento de otros familiares. Reconocer que el aborto es una decisión personal y le corresponde a la persona que aborta. La clave tiene que ser la educación sexual, el quitarnos los estigmas porque no ahondan a la discusión”.
Silvia Beltrán explica que una manera de comenzar y continuar este camino está en desmitificar tabúes en los círculos cercanos.
“Mientras más hablemos, menos pena nos dará el hablarlo. Debemos ser fuentes confiables de información para nuestras hermanas, primas o primos que vienen a preguntarnos. Así como compartirles fuentes de información y apoyar la educación sexual en las escuelas. Todas las personas merecen tener acceso a servicios de planificación familiar, incluyendo diferentes métodos, asesoría y apoyo para practicar su planificación familiar”.
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