En una relación de pareja la confianza actúa como el pegamento invisible que sostiene la conexión emocional, los proyectos compartidos y la vulnerabilidad mutua. Cuando la mentira hace su aparición, ya sea como un engaño puntual o un patrón sostenido, no solo se rompe un pacto de honestidad, sino que se introduce una grieta profunda que puede comprometer los cimientos mismos de la relación.
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Detectar la falsedad va más allá de "presentir" algo raro; se trata de observar inconsistencias específicas que la psicología ha logrado decodificar.
¿Cuáles son los comportamientos que tiene una pareja que miente, según la psicología?
La mentira, especialmente como el de la pareja, genera una carga cognitiva y emocional significativa en quien la ejecuta. Esta tensión interna inevitablemente se filtra al exterior a través de microgestos, cambios en los patrones de comunicación y alteraciones en la dinámica habitual.
Reconocer estas señales no se trata de promover la vigilancia obsesiva, sino de dotarnos de herramientas para identificar patrones que merecen una conversación clara y honesta, permitiéndonos distinguir entre un malentendido y un engaño consciente:
- La inconsistencia en los relatos
La persona que miente, especialmente si no está preparada para un interrogatorio, puede variar detalles clave (lugares, horas, personas presentes) entre una conversación y otra. Es común que, al ser cuestionada con gentileza sobre esa inconsistencia, reaccione con evasivas ("no me acuerdo exactamente"), sobre-explicaciones innecesarias para un hecho simple, o incluso contraataques para desviar la atención ("¿ya otra vez desconfiando de mí?"). La memoria verdadera sobre un evento real tiende a ser consistente en su esencia, mientras que la ficción requiere un esfuerzo de recuerdo que suele fallar bajo presión.
- El lenguaje corporal que delata
El cuerpo habla cuando la boca miente. La psicología señala comportamientos no verbales que suelen acompañar al engaño. Uno clave es la evasión de la mirada sostenida, no de forma ocasional, sino como un patrón notable durante conversaciones sobre el tema sensible.
- Cambios drásticos en los patrones de comunicación
La mentira altera el ritmo natural de compartir. Puedes notar un distanciamiento emocional repentino: dejan de contar anécdotas cotidianas, las conversaciones se vuelven superficiales y evitan profundizar.
- Acusaciones sin sentido
Un mecanismo de defensa psicológico común es la proyección: atribuir a la otra persona los propios sentimientos o comportamientos reprochables. Así, la persona que está siendo desleal puede, sin motivo aparente, acusar a su compañero/a de ser quién miente, esconde cosas o es infiel.
- El bloqueo y la negativa al diálogo profundo
Cuando una mentira importante está en juego, cualquier conversación que pueda acercarse a la verdad se vuelve una amenaza. Por ello, la persona que miente bloquea sistemáticamente cualquier intento de diálogo profundo o resolución de conflictos sobre el tema.
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