Hace unos meses se popularizó el término quiet quitting (renuncia silenciosa) entre las nuevas generaciones como un comportamiento en el mundo laboral que se caracteriza por dedicar el mínimo de energía a este espacio con el afán de no esforzarse más de lo necesario. Se trata de una serie de comportamientos donde la gente solo se dedica a cumplir el horario estipulado de forma estricta, no participar en reuniones que no sean necesarias; tienen poca iniciativa, disposición y no se identifican con la empresa.
Ahora, algunos expertos señalan que esta tendencia de renuncia silenciosa se ha trasladado al mundo de las relaciones en pareja. Se han bautizado quiet dumping o quiet dumped, traducido como ruptura silenciosa.
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¿Qué es la ruptura silenciosa?
La ruptura silenciosa ocurre cuando uno o ambos pierden interés en la relación o hacen solo lo “mínimo” necesario para sostener su relación sin terminar. Según La Tercera, los psicólogos coinciden en que las personas llevan a cabo esta práctica porque no les agrada enfrentar sus emociones y evitan el conflicto que implica dar por finalizada una relación, en especial si es de muchos años.
Las personas que abandonan sus relaciones en silencio pueden querer irse, pero deciden quedarse por diversas limitaciones como la familia; miedo a perder la casa que han construido por años; volver a empezar una nueva vida, entre otros factores.
¿Cómo saber si tu pareja está teniendo una ruptura silenciosa contigo?
De acuerdo con el psicólogo Marcos Travers de la Universidad de Cornell, existen algunas formas de saber si tu pareja está aplicando la ruptura silenciosa en su relación. De acuerdo con Forbes, estas son algunas de las señales más reveladoras:
- Disminución de la disponibilidad emocional. Esto puede traducirse como poca respuesta a las necesidades emocionales y señales de la pareja, haciendo que la otra persona se sienta ignorada, desconectada, molesta o confundida.
- Desvinculación de la resolución de conflictos. Las personas evitan las confrontaciones o involucrarse en discusiones difíciles pero significativas, contribuyendo a una ruptura significativa.
- Falta de esfuerzo en el mantenimiento de la relación. La falta de voluntad para invertir tiempo, energía y consideración para nutrir la conexión conduce a la erosión de la relación, desgastándola.
- Disminución de la intimidad y el afecto. Reducir las muestras de afecto, los momentos íntimos y las experiencias compartidas conduce a una sensación de distancia física y emocional entre las parejas.
- Mayor enfoque en actividades egoístas. Priorizar intereses personales a menudo va de la mano con el aislamiento y la desconexión dentro de la relación, sin tomar en consideración los planes en pareja.
Expertos de la revista Psychology Today incluso han mencionado que dejar que las cosas acaben por medio del abandono silencioso de una relación es una forma de gaslighting, es decir, manipulación que supone la desestabilización de una persona y su percepción de las cosas, volviendo el proceso cansado, desgastante y doloso.
(Con información de Psychology Today, La Tercera, Forbes).