MICROCHIPS

Microchips, microcomponentes y AIFA: infraestructura para una salud tecnológica hecha en México

Carlos Salazar explica a detalle como los microchips y microcomponentes se han convertido en el corazón silencioso de la tecnología médica moderna, y México empieza a reconocer su valor estratégico

Carlos Salazar explica a detalle como los microchips y microcomponentes se han convertido en el corazón silencioso de la tecnología médica moderna, y México empieza a reconocer su valor estratégico.
Carlos Salazar explica a detalle como los microchips y microcomponentes se han convertido en el corazón silencioso de la tecnología médica moderna, y México empieza a reconocer su valor estratégico.Créditos: Especial
Escrito en OPINIÓN el

La autonomía tecnológica en salud no inicia en los hospitales ni termina en los quirófanos. Hoy, se construye en los laboratorios, los centros de innovación y —sobre todo— en la capacidad de un país para diseñar, fabricar y ensamblar los componentes invisibles que permiten que un dispositivo médico funcione. Los microchips y microcomponentes se han convertido en el corazón silencioso de la tecnología médica moderna, y México empieza a reconocer su valor estratégico.


En un entorno global donde las cadenas de suministro son frágiles y el acceso a insumos críticos está concentrado en Asia, los chips representan no solo un reto tecnológico, sino una oportunidad clara de impulsar la innovación y sustituir las importaciones. El país puede pasar de ser dependiente a protagonista, si aprovecha herramientas como el Plan México, los Polos Industriales y plataformas logísticas como el AIFA.


De importar a innovar: el nuevo ciclo de los chips médicos


Durante décadas, México ha importado la mayoría de estos insumos, especialmente de Asia, con alta concentración de proveedores en Taiwán, Corea y China. Esta dependencia ha sido señalada como un riesgo para la continuidad operativa de sistemas de salud y manufactura médica. Hoy, con la emergencia del Plan México, esta situación comienza a cambiar.


De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), México alcanzará este año un récord de más de 1,000 patentes en semiconductores, de las cuales 700 provienen de empresas mexicanas. Muchas de ellas tienen relación con el sector salud, como el caso del proyecto impulsado por INNOVA Bienestar, junto con los gobiernos de Jalisco, Puebla y Sonora, donde se está desarrollando un chip biomédico de detección de creatinina en saliva, útil para el diagnóstico temprano de insuficiencia renal y cáncer de mama.


El diseño de este chip está a cargo del INAOE (Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica) y del CIMAV (Centro de Investigación en Materiales Avanzados), instituciones de alta especialización científica, que buscan consolidar una capacidad tecnológica propia, con visión de propiedad intelectual nacional y transferencia tecnológica aplicada a salud. Este desarrollo, cuya producción piloto está prevista para 2026, marca un precedente de cómo la industria de dispositivos médicos puede migrar de la dependencia tecnológica a un modelo de innovación con base nacional.

Durante años México ha importado insumos médicos de otras partes del mundo especialmente de Asia. (Foto: Canva)


 
El AIFA: plataforma logística para la salud del futuro


Uno de los elementos menos discutidos, pero más determinantes para que esta transformación ocurra, es el papel de la infraestructura logística e industrial. En este sentido, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) destaca como una plataforma estratégica.


No se trata solo de vuelos y pasajeros. El AIFA alberga uno de los 15 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar del Plan México, específicamente en Zapotlán de Juárez, Hidalgo, con más de 900 hectáreas destinadas a sectores como dispositivos médicos, logística, aeroespacial y automotriz.


Además, cuenta con una aduana de reciente creación (Aduana 50 NLU), cuya misión es atender las necesidades de carga en el centro del país mediante una infraestructura moderna y eficiente. Su Terminal de Carga tiene capacidad para manejar hasta 470,000 toneladas anuales, lo que la posiciona como una de las instalaciones más importantes del país en términos logísticos. Gracias a su ubicación geográfica, conectividad carretera, ferroviaria y aérea, puede operar como un hub regional para la industria médico-tecnológica.


Esta plataforma permite importar temporalmente componentes críticos como microchips, realizar ensamblaje final de dispositivos médicos y reexportarlos con valor agregado. Esto es clave para atraer inversión extranjera, pero también para facilitar la participación de proveedores nacionales en cadenas globales, con tiempos competitivos y costos logísticos eficientes.
Polos, patentes e impulso fiscal: una ecuación estratégica.


El Plan México, eje rector de esta transformación, establece a los dispositivos médicos y semiconductores como sectores prioritarios, junto con la logística y la innovación tecnológica. La combinación de incentivos fiscales, infraestructura estratégica y vocaciones regionales alineadas busca cambiar el paradigma: de maquilar tecnología extranjera a diseñar y producir tecnología propia.


Algunas de las medidas concretas incluyen:

  • Deducción inmediata del 100% en inversión de maquinaria y equipo nuevo para empresas instaladas en los polos.
  • Deducción adicional del 25% para gastos en capacitación técnica y en proyectos de innovación.
  • Facilidades regulatorias y acompañamiento institucional hasta 2030.

Esto representa un entorno fértil para startups, centros de investigación y empresas medianas que deseen incursionar en la manufactura de microcomponentes médicos. Desde biosensores, nanodispositivos, chips implantables o procesadores de inteligencia artificial para dispositivos portátiles, el horizonte tecnológico se alinea con el marco industrial.


Tecnología en salud = país competitivo


En el debate sobre autosuficiencia en salud, rara vez se habla de los microchips. Sin embargo, ahí —en lo pequeño y complejo— se juegan decisiones clave: ¿seguiremos importando componentes estratégicos o desarrollaremos nuestras propias soluciones?
México tiene hoy las condiciones, las instituciones y el talento para convertirse en referente regional en microcomponentes para la salud, siempre que conjugue adecuadamente tres factores:

  1. Diseño y propiedad intelectual local en microchips biomédicos.
  2. Infraestructura logística e industrial, como la que ofrece el AIFA y los Polos del Plan México.
  3. Instrumentos fiscales e incentivos para el escalamiento productivo.

Más que un reto, es una oportunidad. Porque en cada chip hay algo más que silicio: hay diagnóstico temprano, medicina de precisión, ahorro público y tecnología hecha en México al servicio de la salud.
Te invito a seguir la conversación sobre salud, tecnología e industria en mis redes:

LinkedIn: Carlos Alejandro Salazar Gaytán
Facebook: Carlos Salazar
X (antes Twitter): @DispositivoMed