El aprendizaje del lenguaje y de la comunicación se adquiere de forma natural en el hogar y, en general, dentro de la sociedad que nos rodea en el día a día.
Los niños aprenden a hablar por las interacciones que tienen con los demás pero es la familia la encargada de involucrarlos en estas experiencias y de propiciar momentos de interacción social tanto con sus pares, como con otros adultos. En el caso de los niños con pérdida auditiva, este proceso requiere una estimulación adecuada y constante, donde la familia juega un papel fundamental.
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El rol familiar en los niños con pérdida auditiva
En la rehabilitación auditiva, el terapeuta tiene como objetivo orientar a los padres para que sean los principales agentes del desarrollo comunicativo de sus hijos. A través de la terapia, los familiares aprenden estrategias para favorecer la escucha, la atención auditiva, el habla, la cognición y la expresión oral en diversos entornos, con el fin de integrar estos aprendizajes en la vida diaria del niño. Para lograrlo, es esencial que los objetivos de la terapia no se limiten a las sesiones, sino que se incorporen en las rutinas cotidianas, como la hora de la comida, el baño, el juego o las salidas familiares.
Otro aspecto importante es que los padres pueden tomar las decisiones sobre lo que desean para sus hijos, basándose en la información y orientación proporcionada por el terapeuta. Cada familia tiene necesidades, expectativas y metas diferentes, por lo que la terapia debe ser flexible y adaptada a cada contexto particular. La colaboración entre el terapeuta y la familia permite establecer objetivos realistas y alcanzables, asegurando que el niño reciba la mejor atención posible.
Actividades integrales
Las actividades dentro de la terapia de audición deben ser integrales e involucran en todo momento a los familiares. Los padres y cuidadores participan activamente en cada sesión, observando, practicando y reforzando las estrategias recomendadas por el terapeuta. De esta manera, se promueve un aprendizaje significativo, asegurando que el niño tenga oportunidades constantes para desarrollar sus habilidades auditivas y de comunicación.
Al finalizar cada sesión, el terapeuta realiza un “cierre” con los padres, en donde se resuelven dudas y se brindan las herramientas para integrar lo aprendido en su vida diaria.
Esta etapa es crucial para garantizar que las estrategias trabajadas en la terapia se conviertan en un aspecto natural del entorno del niño. Asimismo, la retroalimentación constante fortalece la confianza de los padres en su capacidad para apoyar el desarrollo de sus hijos.
En la terapia auditiva, el principal protagonista no es el terapeuta, sino la familia, ya que es quien mejor conoce las fortalezas, áreas de oportunidad y necesidades del niño.
En esta metodología, el terapeuta asume el rol de guía o facilitador, proporcionando estrategias, estableciendo objetivos y orientando en los pasos a seguir. El verdadero impacto de la terapia se da en el día a día, en la interacción cotidiana entre el niño y su entorno, donde la familia desempeña un papel insustituible en su desarrollo comunicativo y auditivo.
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