La hipoacusia o pérdida auditiva en niños es una condición que afecta a un número significativo de menores en México y en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS 2024), más del 5% de la población mundial, es decir, 430 millones de personas, padece una pérdida de audición incapacitante y requiere rehabilitación, de los cuales 34 millones son niños.
En México, según datos del Censo de Población y Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI 2021), aproximadamente 2.3 millones de personas reportaron tener alguna dificultad para escuchar. Esto representa alrededor del 1.8% de la población total del país, de los cuales aproximadamente 200,000 son niños y adolescentes menores de 18 años.
Este problema puede variar en su severidad, desde una pérdida auditiva leve hasta una sordera profunda, y tiene un impacto considerable en diversas áreas del desarrollo infantil, siendo una de las más importantes el ámbito escolar.
Pérdida de audición ¿Cómo afecta el proceso de aprendizaje?
La audición juega un papel muy importante en el proceso de aprendizaje, ya que escuchar adecuadamente lo que dice la maestra es fundamental para que los niños puedan seguir indicaciones, participar en discusiones de clase y aprender los contenidos esperados para su grado escolar.
Asimismo, uno de los elementos más importantes que necesita una persona para aprender es tener un buen nivel de lenguaje y percepción auditiva. Porque los niños aprenden a hablar como escuchan a los demás, los niños con pérdida auditiva tardan en adquirir su vocabulario, habla, sus estructuras gramaticales de lenguaje y sus interacciones sociales, lo cual tiene un impacto directo en su aprovechamiento escolar y esto, a su vez, en su autoestima y motivación.
Además, el lenguaje sirve para formar conceptos y realizar procesos mentales, que son indispensables para aprender a leer y a escribir y para las matemáticas.
Prerrequisitos para aprender a leer y escribir
Algunas habilidades necesarias para aprender a leer y a escribir están relacionadas con la capacidad de oír, identificar y juntar los sonidos del lenguaje para formar palabras. Para lograr estas habilidades, se necesita que los sonidos accedan y lleguen con claridad al oído, para después pasar al cerebro. Otra habilidad importante es tener un vocabulario adecuado que permita comprender lo que se lee y expresar de manera escrita las ideas.
Por todo esto, los principales errores que cometen los niños con pérdida auditiva son: omisión o sustitución de letras, omisión de palabras o nexos, modificaciones en la conjugación de los verbos y errores en la gramática.
Las dificultades en el aprendizaje de las matemáticas también tienen que ver con el lenguaje, ya que desde pequeños, cuando los niños se enfrentan a los números y al proceso de contar, requieren de una correcta audición, la cual más adelante les permitirá aprender conceptos más abstractos y poder tener un razonamiento lógico adecuado.
En promedio, niños con pérdida auditiva leve o moderada que no son tratados y no cuentan con tecnología auditiva adecuada, pueden estar entre 1 y 4 grados escolares por debajo de sus compañeros con audición normal, y niños con pérdida auditiva severa o profunda, pueden no adquirir destrezas más avanzadas que de tercero o cuarto de primaria.
Sin embargo, los niños con hipoacusia pueden ser lectores y escritores competentes. La detección y tratamiento tempranos, así como un acceso auditivo óptimo a través de las tecnologías disponibles, como los auxiliares auditivos o los implantes cocleares, serán los mejores aliados para lograrlo.
Estrategias para mejorar el aprendizaje de los niños
Existen algunas estrategias que ayudarán a los niños con pérdida auditiva en su aprendizaje, por ejemplo:
- Sentar al alumno lejos de fuentes de ruido y en una posición cercana al maestro que le permita escucharlo mejor y tener una visibilidad adecuada del mismo, así como de sus compañeros.
- Utilizar apoyos visuales como imágenes, pictogramas o videos.
- Utilizar elementos que favorezcan a la acústica del salón, ya que el ruido de fondo hace que sea más difícil para el estudiante con discapacidad auditiva entender el lenguaje hablado: cortinas, alfombras o tapetes, paneles de corcho en la pared, almohadillas debajo de las patas de las sillas.
- Alternar sesiones de escucha con actividades prácticas para darle al niño un descanso de la concentración necesaria para escuchar y comprender las instrucciones
- Utilizar un sistema FM (sistema de frecuencia modulada), el cual transmite el sonido de manera directa a la tecnología utilizada, el cual ayudará al alumno a escuchar y entender con mucha más facilidad lo que se le dice, incluso con ruido competitivo.
- Mantener una relación directa con la familia o los cuidadores del alumno, así como con los terapeutas y audiólogos que atienden al paciente, con el fin de observar las habilidades y dificultades que tiene en todos sus contextos y realizar un plan personalizado que favorezca su desarrollo
En IMON nos aseguramos de brindar las herramientas necesarias a todos nuestros pacientes en edad escolar. Nuestro objetivo es que puedan ingresar a escuelas regulares y así obtener un aprendizaje óptimo. Logramos estos resultados brindando un apoyo multidisciplinario, el cual involucra un esfuerzo conjunto de personas como los familiares del alumno, los maestros, directores, médico, audióloga y terapeuta.
En conclusión, cabe destacar que la audición es un tema de salud pública tanto en México, como en el mundo, e impacta directamente en el desarrollo integral de un niño. Promoviendo la detección temprana, el tratamiento adecuado y el acceso a tecnologías, se pueden ver resultados muy significativos en todas las áreas de desarrollo de los niños.
El esfuerzo de un grupo de profesionales, en conjunto con la firme voluntad del niño, familia y escuela, pueden lograr que los niños con pérdida auditiva vivan una vida plena y feliz.
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