México es un país con una elevada desigualdad social; de acuerdo con el Reporte Mundial de Inequidad 2021, en tanto que el 10% de la población de mayor ingreso en el país recibió 57% del total de los ingresos, el 50% de menor ingreso obtuvo únicamente 9.7% del total, es decir, el 10% de más ingreso recibe 30 veces más que el 50% de menos ingreso. En el ámbito de la salud, la desigualdad se traduce en inequidades en el acceso al cuidado de la salud y en resultados de salud.
Te podría interesar
Llamamos inequidades en salud a aquellas desigualdades que podemos considerar evitables e injustas. Por ejemplo, en México, un niña o niño que nace en el municipio con mayor porcentaje de población viviendo en pobreza tiene 2.8 veces más probabilidad de fallecer antes de cumplir el año en comparación con una niña o niño que tuvo la suerte de nacer en el municipio con menor porcentaje de población en pobreza.
Esta diferencia resulta evitable, en tanto que en el país es posible lograr una menor mortalidad en infantes (como ocurre en los municipios con menor pobreza), y claramente puede argumentarse como injusta: el lugar de nacimiento no debería definir nuestra probabilidad de fallecer.
Las inequidades en salud son resultado de cómo las desigualdades sociales afectan las condiciones de vida de las personas, es decir, lo que se denominan los determinantes sociales de la salud, las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales en las cuales las personas nacen, crecen, viven, trabajan, y llevan a cabo sus actividades en general.
¿Qué causa las inequidades en salud en México?
La posición social de las personas determina el tipo y la forma del acceso a los servicios de salud, la exposición a condiciones que afectan la salud, e incluso la forma en como accedemos y utilizamos información relacionada con el cuidado de la salud.
Desde su diseño, el sistema de salud mexicano ha contribuido a la persistencia de inequidades, en tanto que diferencía para el acceso a las personas de acuerdo a su condición laboral –servicios de la seguridad social para las personas con empleos que ofrecen prestaciones, y otros servicios para las personas con trabajos sin prestaciones--, con una oferta asimismo diferente entre los servicios que se ofrecen, tanto en lo que se incluye como en la calidad de lo ofrecido.
Avanzar hacia el logro de la salud universal requiere asegurar que el acceso al cuidado de la salud no depende ni de la capacidad de pago de las personas, ni de sus características, sino únicamente de sus necesidades.
En los años recientes se ha alcanzado un importante consenso social sobre la importancia de hacer frente a la desigualdad social para promover el bienestar general. Un elemento central para ello es abordar explícitamente las inequidades en salud, es decir, definir metas y recursos orientadas a cerrar las brechas en acceso y resultados de salud entre poblaciones.
Las inequidades en salud no desaparecerán únicamente con buenas intenciones, es indispensable dirigir acciones concretas para asegurar la equidad en salud.
Para enterarte de toda la información que necesitas sobre salud y bienestar síguenos en Facebook y TikTok