Uno de los motivos de consulta más comunes en los países donde la población tiene piel blanca y ojos claros, es el miedo al cáncer de piel y, desde luego, son personas que sí suelen tienen cáncer de piel.
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Se calcula actualmente que el 80% del daño solar que tiene una persona se produce antes de los 18 años en la mayoría de los humanos y en general es irreversible. En esas edades la actividad de los niños y adolescentes al aire libre es muy intensa y por grandes periodos de tiempo, de tal forma que después de la tercera o cuarta década de la vida empiezan a verse los cambios del daño solar acumulado más claramente.
Entre esos cambios podemos referir piel adelgazada, distintos tonos, arrugas, pecas y otras lesiones benignas, pero otras francamente malignas. Afortunadamente, la más frecuente es de crecimiento lento y raramente genera metástasis.
Se trata del carcinoma basocelular, que es el más frecuente de los cánceres en la piel pero también está el carcinoma epidermoide que es parte de las lesiones menos frecuentes pero de mayor peligrosidad.
La tercera opción menos frecuente afortunadamente, pero de máxima peligrosidad, es el melanoma maligno que es una lesión oscura muy pigmentada que debe ser abordada y tratada a la brevedad posible.
¿Cómo cuidarse del cáncer de piel?
Sin duda en pieles con mayor pigmentación, más oscuras, es menor el riesgo para el desarrollo de cáncer de la piel, pero el abuso del sol puede también promover el desarrollo de algún cáncer en este tipo de personas.
Por lo tanto, como dermatólogos, independientemente del color de piel, tenemos dos líneas de acción:
La primera es la foto-educación; es decir; el uso de sombreros, anteojos y prendas de manga larga y cuello alto para proteger la piel del sol y prevenir la aparición de estas lesiones. Al mismo tiempo, fomentar el uso de pantallas y filtros solares que son de utilidad.
Por otra parte, el abordaje de lesiones ya desarrolladas ya sea como precánceres o lesiones malignas francas, es labor del dermatólogo por medio de la terapia médica, cirugía con bisturí, criocirugía y otros métodos para eliminar tales lesiones.
Además, el chequeo anual de toda la piel por un dermatólogo calificado con métodos como la dermatoscopia es una práctica preventiva que debe llevarse a cabo por toda la población.
Si bien el sol es necesario para la vida y necesario para la síntesis de vitamina D, el problema es exponerse en exceso o las quemaduras de repetición.
Cuidarse del exceso de sol en lo posible y acudir con un profesional ante cualquier lesión rara en la piel o úlcera sangrante que no cicatriza o lesiones de color negro permitirá el diagnóstico en forma temprana y con mejor pronóstico para el paciente y si tiene alguna duda se puede poner en contacto conmigo en el 5553628817 para agendar una cita, solo comente que leyó este artículo aquí, en SUMEDICO.
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