La educación de los profesionales de la salud sigue un modelo fragmentado. Las y los médicos son educados en su mayoría por médicos, y hay poca interacción entre disciplinas o entre las biomédicas, las sociomédicas y las clínicas. Lo mismo ocurre con las y los estudiantes de enfermería, de nutrición, de psicología, de odontología y de otras carreras del campo de la salud.
La atención médica, por su lado, ocurre en su mayoría con este mismo enfoque unidisciplinar. El paciente hospitalizado recibe la visita de cada uno de estos grupos de profesionistas de manera independiente, sin que exista una verdadera interacción en la toma de decisiones sobre su proceso diagnóstico, de tratamiento y/o de rehabilitación. Este enfoque multidisciplinario pero desintegrado es un factor de riesgo para cometer errores, fragmenta la atención, incrementa los costos, ocasiona insatisfacción del paciente y desgaste al profesional de salud.
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El enfoque interprofesional en la atención sanitaria ha cobrado importancia en las últimas décadas. Su valor es indudable. Los avances científicos y tecnológicos, y la mejora de los determinantes sociales y ambientales que afectan la salud han permitido un incremento en la esperanza de vida de la población. Sin embargo, la mayor longevidad conlleva a un incremento en las enfermedades crónico degenerativas complejas y la pluripatología. El enfoque a la atención sanitaria está orientado al abordaje unidisciplinar y cada vez más especializado y fragmentado de los problemas de salud, olvidando que éstos se manifiestan en organismos con funcionamiento complejo. La atención de los pacientes se da bajo una organización jerárquica, en la que los diferentes profesionales de la salud están subordinados al médico y poco se ha hecho para actuar en equipos en los que cada quien tenga un rol protagónico de acuerdo a su área de experiencia, todo en beneficio del paciente.
Es necesario pues, un cambio hacia el enfoque interprofesional, que implica que profesionales de dos o más disciplinas que aprendan con el otro, del otro y acerca del otro, y trabajen, interactúen y colaboren con una responsabilidad y meta compartida, existiendo una verdadera comunicación e interacción dinámica entre los miembros del equipo. Significa confiar, dialogar, acordar, conceder, escuchar, sumar.
Estos equipos altamente efectivos se caracterizan por ser horizontales, altamente integrados, que van adaptandose a los retos y a los avances del conocimiento, capaces de apreciar el valor de la diversidad, que identifican e integran el conocimiento para matizarlo y transferirlo a la solución de problemas, evalúan sus resultados y su propio desempeño, en un espacio altamente creativo y dinámico.
No es posible inferir que los profesionales de la salud se desempeñarán con eficiencia y colaboración efectiva en escenarios interprofesionales cuando su formación ha seguido el modelo unidisciplinar, endogámico y orientado a la hiperespecialización y fragmentación de la atención sanitaria. Además de cambiar el enfoque de la atención sanitaria, debemos formar a las nuevas generaciones desde las universidades.
En el presente simposio el Dr. Juan Garza Ramos presentó un análisis de la imperiosa necesidad de un cambio desde un enfoque de “una sola salud”, que involucra al ser humano, el reino animal y el ecosistema, además de la interacción de los distintos niveles de gobierno. La Dra. Célida Duque Molina expuso las acciones del IMSS para favorecer la práctica interprofesional a través de los protocolos de atención integral. La Dra. María Elena Medina Mora abordó la atención de la salud mental, que representa la nueva pandemia silenciosa, desde un enfoque interdisciplinar, y la Dra. Ortilia Perichart abordó el papel del profesional de la nutrición en la atención de las patologías agudas y crónico degenerativas.