La ciencia avanza sin limitar acciones dentro y fuera del organismo con mejores resultados para pacientes de cáncer a través de la detección y diagnóstico temprano, terapia biológica y la inmunoterapia.
“La inmunoterapia, faro de esperanza para millones de pacientes”, conjunto de herramientas que buscan activar al sistema inmunitario frente a diferentes “agresiones” como infecciones por bacterias, virus o incluso el “cáncer”.
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El concepto de la respuesta inmune a un agente extraño surgió desde hace más de un siglo, ahora la inmunoterapia del cáncer se ha convertido en realidad reciente y creciente.
La inmunoterapia contra el cáncer, trascendente avance científico incluye: inhibidores de punto de control, anticuerpos monoclonales, vacunas, citocinas, terapias de transferencia de células T y moduladores del sistema inmunológico. El paradigma del tratamiento en algunas neoplasias malignas ha cambiado por completo en los últimos 10 a 15 años.
Debemos tener presente como premisa: “Las células del cáncer son células de nuestro propio organismo”.
Los inhibidores punto de control “liberan al sistema inmunológico de sus frenos”
Inmunoterapia del cáncer
Desde 2011, la inmunoterapia se ha convertido en parte integral del tratamiento de más de 20 tipos de cáncer y, la lista crece, sin embargo, no funciona en todos los tumores y es posible que no funcione para todas las personas.
El sistema inmunológico protege al organismo de agentes extraños como alérgenos y virus, hasta células dañadas que podrían volverse cáncer. Existen células especiales que vigilan la aparición de agentes extraños, cuando encuentran una célula dañada o de cáncer, la destruyen, evitan que los tumores crezcan y se propaguen, importante considerar, “el cáncer es un blanco móvil”.
Las células inmunitarias pueden atacar a las células sanas y causar inflamación en el tejido sano causando un efecto adverso relacionado con el sistema inmunológico.
“Los antígenos”, partículas que provocan al sistema inmunológico producir anticuerpos, tienen su propia forma de protección, sin embargo, pueden disfrazarse para esconderse de las células T. La terapia celular garantiza que las células T no se dejen engañar por antígenos disfrazados.
Un capítulo clave en el tratamiento y prevención del cáncer son las “vacunas” como ejemplo la vacuna del Virus del Papiloma Humano (VPH) en la prevención de algunos tumores entre ellos el cáncer cérvico uterino.
Investigaciones actuales señalan poder utilizar vacunas en conjunto con inhibidores de punto de control u otras inmunoterapias para mejorar resultados.
Estudios con sustento científico sugieren: “la microbiota intestinal puede influir en la eficacia de la inmunoterapia contra el cáncer”. Las estrategias dirigidas a la microbiota potencian las respuestas inmunitarias sistémicas y mejora la eficacia de la inmunoterapia.
En conclusión, se persigue “adaptar la inmunoterapia a las características individuales del paciente”: el perfil genético, perfil de células inmunitarias, la evaluación de biomarcadores predictivos y conductuales; este conjunto de acciones promete optimizar los resultados del tratamiento.