MEDICINA

Nuevos retos educativos en medicina

La pandemia obligó a replantear la educación médica en su conjunto, pensando en una nueva normalidad, y en considerar la utilidad de las tendencias pedagógicas en las nuevas circunstancias

La educación médica tiene que responder a nuevos requerimientos.
La educación médica tiene que responder a nuevos requerimientos. Créditos: Canva
Escrito en OPINIÓN el

La educación, por su propia naturaleza, sufre frecuentes cambios tanto debidos a la necesidad de sustituir contenidos como al surgimiento de nuevos métodos y técnicas para hacer más eficiente el aprendizaje. En la educación médica estas necesidades tienen que ver con la velocidad de recambio de los conocimientos médicos; hoy en día estos se duplican cada 73 días, cuando hace apenas dos décadas lo hacían cada 7 años.

Las estrategias tradicionales para aprender clínica también se han tenido que someter a cuestionamiento, dado que con la reciente pandemia el riesgo de contagio para los estudiantes dejó de ser teórico, y se vieron impedidos para establecer contacto directo con pacientes hospitalizados, lo que había sido por años la forma de prepararlos.

Se tuvo que reforzar la educación a distancia, las prácticas análogas, los pacientes artificiales y espacios educativos diferentes. Algunas tendencias adquirieron celeridad, obligada por las circunstancias.

El efecto disruptor de covid-19 obligó a una educación remota de emergencia que no fue totalmente exitosa en muchos casos. La telemedicina presionó la teleducación para la que no todos estaban debidamente preparados ni el acceso fue homogéneo. También fue un evento portador de futuro que obligó a replantear la educación médica en su conjunto, pensando en una nueva normalidad, y en considerar la utilidad de las tendencias pedagógicas en las nuevas circunstancias, y hasta en un reseteo de la educación médica.

Necesidades educativas para los médicos se replantean 

Las preguntas de siempre se replantean hoy: cuántos médicos, de qué características, dónde ubicarlos, todo ello de acuerdo con las necesidades del país, el avance del conocimiento y las circunstancias de la práctica. Con mayor énfasis, la educación médica tiene que responder a estos requerimientos, pero también a las peculiaridades de los jóvenes contemporáneos, sus intereses, sus motivaciones, sus disposiciones y sus recursos. Los planes curriculares ajustarse a la época, y los docentes abandonar las prácticas obsoletas y acartonadas.

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Las aportaciones de la investigación en educación marcan nuevos derroteros; sin menospreciar los métodos ancestrales, parece haber mejores maneras de aprender, máxime ante la enorme carga de información que diariamente surge y que exige discernir lo valioso de lo superfluo, lo científico de los promocional, la ciencia de la pseudociencia, la aplicativo de lo doctrinario.

El aprovechamiento responsable de la tecnología, tanto médica como educativa, sin deslumbramientos y sin subordinación. Es esta una oportunidad para conducir la educación médica, tanto formativa como de mantenimiento de la competencia, hacia las necesidades que plantea el siglo XXI y que abruman con su acelerada innovación.

Se aspira a un aprendiz adaptativo capaz de comportarse ante retos de complejidad creciente con autodirección y autoorganización; de trabajar como agente profesional y académico en redes que funcionan como sistemas complejos adaptativos capaces de generar organizaciones altamente confiables que confrontan retos complejos.

Las necesidades educativas para los médicos y otro personal de salud se han tenido que replantear, dado que no se tiene un acceso universal a la atención de la salud, le población envejece rápidamente, aunque más enferma, se van acumulando más pacientes con enfermedades crónicas, el cambio climático sin duda afectará la salud de la población, la preparación y respuesta ante emergencias en salud pública estuvo lejos de ser óptima, se plantean nuevas habilidades y competencias, nuevos perfiles y disciplinas y nuevos problemas éticos, algunos de los cuales incluso carecen de precedentes y de referentes documentales.