Nuestro país tiene un fuerte rezago en la donación de sangre voluntaria y habitual. En 1982-83, se tenía el reporte, anecdótico, no oficial, de aproximadamente 3% de donación voluntaria de sangre, es decir, aquella que se hace por principios de solidaridad y empatía, sin conocer a la persona que recibirá la transfusión de la sangre donada.
En 2011-12, según se registra en el documento “Suministro de sangre para transfusiones en América Latina y El Caribe”, publicado por la OMS/OPS en 2014, la cifra había llegado al 3 %, lo cual indica el nulo crecimiento en la resolución del problema.
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En el documento actualizado de “Suministro de sangre para las transfusiones en los países de América Latina y el Caribe” 2016-17 publicado en 2020 por la OMS/OPS, la cifra registrada es de 5.1-5.2 %, de lo cual se desprende, nuevamente, la presencia de un problema sin resolver, en México la población no dona sangre a menos que tenga la necesidad de hacerlo, situación que conduce a un círculo vicioso en el que la sangre es requerida a través de solicitudes de urgencia, es decir, el paciente debe esperar por la sangre.
El escenario ideal, con fines de eficacia y eficiencia en tratamientos transfusionales sería, que hubiese 100% de donación voluntaria (altruista) y recurrente (habitual), en este marco de acción, la sangre esperaría por el paciente, disminuyendo todas las complicaciones asociadas a la falta de suministro constante que se presentan en la actualidad.
Un caso extremo de esta situación fue vivido durante el tiempo de cuarentena en la pandemia por SARS-COV-2, debido a que, no existe la costumbre, en nuestro país de acudir a donar sangre, sin llamados específicos, aunado a que la población no deseaba estar cerca de los hospitales y la fórmula plasmada en la reforma a la Ley General de Salud y publicada el 20 de abril de 2015 en el Diario Oficial de la Federación, en la que se insta a promover y mantener la promoción de la donación voluntaria y habitual de sangre, no se aplica en forma constante y buscando fórmulas que permitan a los bancos de sangre/centros de colecta, estar presentes en forma continua y al paso de los probables donantes que, según está asentado en una pequeña encuesta(n=813) realizada en 2020 por el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea(SSA; CNTS 22 de julio de 2020), es la solicitud de aproximadamente el 70% de los encuestados.
¿Cuáles son los retos a vencer en la donación de sangre?
- La falta de difusión de los requerimientos de sangre.
- La comunicación inadecuada de los requisitos reales para donar sangre.
- La persistencia de mitos que se han transmitido de boca en boca durante generaciones completas y que además han sido adicionados con más información errónea.
- Falta de capacitación al personal médico/técnico con respecto a los criterios establecidos en la normatividad, tanto nacional como internacional.
- Se ha trabajado en propuestas de solución, sin embargo, no han tenido la constancia requerida para despertar y arraigar la conciencia de las necesidades que existen para mantener un suministro hemático constante y seguro.
¿Cuáles y a quién corresponden las responsabilidades de estructuración, implementación y ejecución de programas para la solución del problema?
- Políticas gubernamentales y a acciones globales de la sociedad civil. En el primer caso, políticas gubernamentales que incluyan regionalización, participación de las diversas instancias de gobierno, como secretaría de salud, secretaría de educación, secretaría de hacienda, poder legislativo; en cuanto a la sociedad civil, a través de la concientización de la donación de sangre como una
- A las escuelas de nivel medio y medio superior que atienden la capacitación de personal médico/paramédico y afines para que se incluyan en los programas académicos, en forma extensa y profunda, temas de medicina transfusional abordados tanto desde la problemática nacional, como internacional, además de actualizados, en el mismo contexto en el que se abordan el resto de las disciplinas médicas.
El profesional médico es y siempre será, el referente primario en temas de salud, al que se recurre como fuente confiable, Cuando éste no cuenta con las herramientas científicas adecuadas y actualizadas, no podrá, a pesar de su mejor voluntad, guiar ni aconsejar a quienes acuden a ellos en busca de repuestas. Responsabilidad cívica y compromiso de empatía y solidaridad con una población vulnerable que es, aquella que está enferma y requiere de transfusiones para su subsistencia y/o mejorar su calidad de vida.
Mitos de la donación de sangre
Comparto aquí, a manera de ejemplo, algunos de los mitos que se manejan ampliamente, aún dentro de la comunidad médica:
“Si ya doné sangre este año y requiero para mí o algún familiar de una transfusión, el banco de sangre debería proporcionarme esa sangre” (el llamado seguro de sangre). La realidad es que la sangre donada, seguramente fue ta transfundida o bien descartada por caducidad y para que hubiese sangre, disponible en forma continua, la única opción viable sería a través de la donación voluntaria y recurrente.
“No puedo acudir a donar sangre si no estoy en ayuno”. La realidad es que, para disminuir la probabilidad de descompensación y posibles reacciones vasovagales, es necesario no tener más de cuatro horas de haber tomado el último alimento.
Recuerda que, para un correcto seguimiento ante cualquier condición es importante mantener un estrecho contacto con tu médico, quien te orientará para definir una estrategia adecuada para tu caso y evitar suspender los tratamientos antes de tiempo, cambio de receta y la automedicación, que pueden traer efectos adversos, por ello en Blooders participamos en el movimiento #LoQueDiceTuMédico porque “DONAR SANGRE, NO DUELE, DUELE NECESITARLA Y NO TENERLA” ®.