Llamamos otitis a la inflamación en el oído que puede afectar al oído externo o medio. Cuando es el oído interno el afectado, lo llamamos laberintitis.
La otitis externa casi siempre es adquirida por actividades acuáticas a cualquier edad; solo afecta el canal auditivo externo y normalmente causa dolor sin pérdida de audición. La mayoría de las veces sana, simplemente, con gotas de antibiótico, sin que se agrave, pero es importante monitorearlo, ya que en algunos casos puede requerir tratamientos más complejos o, inclusive, volverse crónica.
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La otitis media, en cambio, es mucho más frecuente durante la infancia; el 90% de los niños sufren de, por lo menos, un episodio de otitis media durante los primeros 6 años de vida. Este tipo de otitis sí interfiere con la audición y puede causar problemas de lenguaje o de aprovechamiento escolar, cuando se vuelve crónica. Existen factores que predisponen a los niños a contraer esta infección y que deben ser vigilados, estos incluyen alergias, falta de vacunación, vivir en casas donde se fuma o padecer reflujo gastroesofágico.
Finamente, le llamamos “laberintitis” a la inflamación en el oído interno. Este tipo de otitis afecta más a menudo a adultos y, generalmente, produce vértigo y sordera.
¿Cuáles son los tipos de otitis media?
- Otitis media aguda. Es de aparición brusca y, aunque también se sucede en adultos, es más frecuente en niños. Puede aparecer posterior a un cuadro gripal que, generalmente, dura una semana o menos, pero de ahí puede aparecer dolor de oído y fiebre, lo cual indica una infección del oído medio que está creciendo muy rápido. Ésa es la más aparatosa pero, en la mayoría de los casos, se puede tratar con descongestionantes o antibióticos sin dejar secuelas.
- Otitis media serosa crónica. Se da cuando se acumula líquido en el oído medio. El oído medio produce moco y ese moco drena por un tubo que comunica el oído hacia la garganta; en ciertas circunstancias ese tubo se inflama, no drena bien, se va acumulando el moco y se llena de líquido el espacio que hay en el oído medio (espacio que debiera estar lleno de aire). Hay que tener cuidado con este padecimiento, ya que habitualmente no genera dolor ni síntoma externo pero produce baja de audición, por lo que si se presenta en edades tempranas puede causar un retraso en el desarrollo del lenguaje del niño y a mayor edad puede causar problemas de aprovechamiento escolar.
- Otitis media crónica supurada. Se produce cuando el tímpano se rompe debido a una infección, drenando pus hacia el exterior por el canal auditivo y esto puede generar complicaciones mayores. Puede ser un factor para desarrollar meningitis y cierto tipo de complicaciones como colesteatoma que es un tumor que, aunque no es maligno, puede ser muy destructivo, afectando los huesecillos del oído medio, el nervio facial, o las meninges. De ahí que este tipo de otitis puede ser la más problemática y casi siempre requiere cirugía.
¿Cómo evitar que la otitis no se vuelva crónica?
Es importante tener un diagnóstico oportuno y estar al pendiente cuando el niño está teniendo problemas frecuentes de oído, para buscar el tratamiento adecuado con un especialista.
La prevención es vital en este tipo de casos. No hay que abusar de antibióticos, cuidar su salud, ver si es alérgico y atenderlo si le dan gripas frecuentes, además de cuidar del ambiente que respira, evitando fumar dentro de la casa.