SANDÍA

¿Quienes NO deberían comer sandía?

La sandía es refrescante y saludable, pero no es apta para todos. Aquí te decimos quiénes deben evitarla y qué beneficios ofrece para quienes sí pueden consumirla

Hay ciertos problemas de salud que impiden comer sandía ¿lo sabías?
Hay ciertos problemas de salud que impiden comer sandía ¿lo sabías?Créditos: Canva
Escrito en NUTRICIÓN Y DIETAS el

La sandía es una de las frutas más consumidas en verano debido a su sabor dulce, sus propiedades para hidratar y su bajo contenido calórico pero ¿sabías que hay personas que no deberían comerla? Esto es lo que debes saber al respecto. 

Es deliciosa, pero hay casos en que debemos evitarla. 

Según El Poder del Consumidor, la sandía es una fruta originaria de África y su presencia se ha extendido a todo el mundo. Agregan que la sandía pesa en promedio 4 kilos, aunque gran parte de su contenido es agua. Tiene una pulpa de color rojo rica en antioxidantes como el licopeno. Su sabor tiende a ser dulce y muy rara vez llega a ser amargo. 

Actualmente se tiene documentada la existencia de más de 50 variedades de sandía, que varían en su forma, color, piel, peso y periodo de maduración. Entre ellas se incluyen la Sugar Baby y Crimson Sweet.  

Lo que pocos saben es que no todas las personas pueden consumir sandía sin riesgos. Se ha visto que esta fruta puede ser inadecuada para quienes padecen ciertas enfermedades crónicas o trastornos digestivos ¿Es tu caso? Toma en cuenta esto.  

¿Quienes deberían evitar comer sandía? 

Aunque es refrescante y saludable, la sandía no es apta para todos, estos son los casos donde es mejor evitarla: 

  • Personas con síndrome de intestino irritable  

La sandía es rica en FODMAPs, un tipo de carbohidrato fermentable que puede provocar gases, diarrea o dolor abdominal en personas con síndrome de intestino irritable (SII) o intolerancia a la fructosa, por lo que es mejor evitarla en estos casos. “Los FODMAPs mal absorbidos pueden aumentar la producción de gases y agua en el intestino, generando síntomas en pacientes con SII”, explica Harvard Health Publishing.

  • Personas con insuficiencia renal  

La sandía contiene potasio, un mineral esencial que en exceso puede ser peligroso para personas con enfermedad renal crónica. Los riñones debilitados no eliminan bien el potasio, lo que puede derivar en hiperpotasemia, una condición potencialmente grave. “Los pacientes renales deben controlar el potasio para evitar arritmias y problemas musculares”, señala el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos.  

  • Personas con alergia a la sandía  

Aunque es poco común, algunas personas desarrollan alergia a la sandía, sobre todo si ya tienen alergias al polen. Los síntomas pueden ir desde picazón oral hasta anafilaxia, una reacción grave que puede llevar a la muerte. “Las reacciones alérgicas a frutas como la sandía pueden estar relacionadas con el síndrome de alergia al polen, especialmente en personas sensibles a la ambrosía”, señala MedlinePlus. 

Una alergía puede tener síntomas graves.
  • Personas con diabetes  

La sandía es una fruta rica en agua y baja en calorías, sin embargo, tiene un índice glucémico elevado (IG de 72), lo que puede generar picos de glucosa si se consume en exceso, especialmente en personas con diabetes, prediabetes o resistencia a la insulina. Al respecto, MedlinePlus apunta que “las frutas con IG alto pueden aumentar rápidamente los niveles de azúcar en sangre, especialmente en personas con diabetes tipo 2. La moderación es clave”.  

  • Bebés o niños pequeños 

En menores de 1 año, especialmente si hay riesgo de exposición a nitratos en frutas mal almacenadas o contaminadas, puede haber peligro de intoxicación. Aunque es segura en general, debe ofrecerse con precaución, en trozos pequeños y bien lavada.

¿Cuáles son lo beneficios comprobados de la sandía? 

Si no hay contraindicaciones, la sandía es altamente beneficiosa, aportando lo siguiente a nuestro cuerpo: 

  • Hidratación natural: ya que se trata de una fruta que contiene más de 90% de agua.
  • Buenos niveles de licopeno, un antioxidante que ayuda a proteger contra enfermedades cardiovasculares, disminuye el colesterol malo y disminuye el riesgo de ciertos tipos de cáncer. 
  • Vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico y protege de infecciones. 
  • Control de la presión arterial gracias a la citrulina, un aminoácido que favorece la relajación de los vasos sanguíneos. 
  • Buena digestión, pues aunque la sandía no tiene tanta fibra como otras frutas o verduras, contiene mucha agua.  

¿Cómo se recomienda comer la sandía? 

En general, se recomienda consumir la sandía en su forma natural, es decir, simplemente picada y fresca como colación, postre o parte de un lunch saludable. También es posible hacer agua, helados, paletas de hielo y hasta postres, solo hay que evitar añadir más azúcar pues la fruta por sí misma en alta en azúcares.  

Otra forma de incluirla en la alimentación es por medio de preparaciones saladas, como salsas y ensaladas. 

Y tú ¿sabías que hay personas que no deberían comer sandía? Comparte esta información con quien crees que lo necesita. 

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