El hígado graso es una afección que puede mejorar con cambios en la alimentación.
El hígado graso no alcohólico es una de las enfermedades hepáticas más comunes en la actualidad y está estrechamente relacionado con el sobrepeso, la resistencia a la insulina y una dieta alta en azúcares y grasas ultraprocesadas.
Te podría interesar
En etapas tempranas, puede revertirse con cambios en el estilo de vida, especialmente en la alimentación. Una dieta rica en fibra, antioxidantes y alimentos naturales ayuda a reducir la acumulación de grasa en el hígado y la inflamación asociada.
Dentro de este enfoque, algunas frutas destacan por sus beneficios metabólicos. Aquí en Sumédico te explicamos algunas frutas que te pueden ayudar.
1. Manzana
La manzana es rica en pectina, una fibra soluble que ayuda a eliminar toxinas y grasas del organismo. Además, favorece el control del colesterol y la glucosa en sangre.
Las dietas altas en fibra están asociadas con menor acumulación de grasa en el hígado y mejor sensibilidad a la insulina.
Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, "La manzana llegó al continente americano junto a los colonizadores europeos y actualmente en nuestro país contamos con más de 55 mil hectáreas dedicadas a su cultivo".
2. Arándanos
Los arándanos contienen antocianinas, compuestos antioxidantes que reducen la inflamación y el estrés oxidativo, dos factores clave en la progresión del hígado graso.
Los antioxidantes pueden ayudar a proteger las células hepáticas del daño y mejorar su función.
3. Toronja
La toronja es rica en antioxidantes que, según investigaciones, ayudan al hígado a metabolizar mejor las grasas.
Esta fruta puede interactuar con algunos medicamentos, por lo que su consumo debe ser consultado con un médico en personas bajo tratamiento.
4. Papaya
La papaya aporta enzimas digestivas, fibra y vitamina C, lo que favorece la digestión de grasas y reduce la inflamación sistémica.
Una buena digestión y un intestino saludable influyen directamente en la función hepática y el metabolismo.
5. Aguacate
Este fruto no es precisamente dulce, pero el aguacate es una fruta clave para el hígado. Contiene grasas monoinsaturadas, que ayudan a reducir el colesterol malo y la grasa acumulada en el hígado.
Este tipo de grasas favorece la salud cardiovascular y metabólica, factores estrechamente ligados al hígado graso.
Para apoyar la salud del hígado, los especialistas recomiendan consumir fruta entera, no en jugos; evitar combinarlas con azúcar añadida; mantener porciones moderadas e integrarlas dentro de una dieta baja en ultraprocesados. No olvides acompañar la dieta de actividad física regular.
Incorporar estas frutas de forma regular, junto con una alimentación balanceada y ejercicio, puede ayudar a reducir la grasa hepática y prevenir complicaciones a largo plazo.
Cuidar el hígado es cuidar parte del metabolismo.
