El consumo excesivo de carnes rojas, especialmente las procesadas, podría estar vinculado a un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo. Eso es lo que sugiere un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Harvard.
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¿Qué puede provocar el consumo excesivo de carnes rojas?
El estudio publicado en la revista Neurology, que analizó datos de más de 133,000 participantes en Estados Unidos, encontró los siguientes resultados clave:
- Incremento en el riesgo de demencia. Consumir más de 0.25 porciones diarias de carne roja procesada se asoció con un aumento del 13% en el riesgo de desarrollar demencia.
- Deterioro cognitivo subjetivo. Los participantes que consumieron mayores cantidades de carne roja no procesada tuvieron un 16% más de probabilidad de reportar deterioro cognitivo subjetivo.
- Aceleración del envejecimiento cognitivo. Una porción diaria adicional de carne roja procesada aceleró el envejecimiento cognitivo global y la memoria verbal en aproximadamente 1.6 años.
Además, los datos mostraron que el impacto negativo de las carnes rojas procesadas es considerablemente mayor en comparación con el de las carnes rojas no procesadas. Esto quiere decir que no son solo las carnes rojas, sino las procesadas, las que provocan más daño.
Los inhibidores de calcineurina presentes en los medicamentos inmunosupresores, combinados con una dieta alta en carnes procesadas, podrían agravar el daño cognitivo. Consumir proteína es muy importante, como destaca el doctor William Li, pero es importante priorizar fuentes más saludables.
¿Con qué podemos reemplazar las carnes rojas?
El estudio de Harvard también destacó que reemplazar una porción diaria de carnes rojas procesadas con fuentes vegetales como nueces o legumbres puede tener los siguientes efectos:
- Reducir el riesgo de demencia en un 19%
- Frenar el envejecimiento cognitivo en más de un año
- Disminuir el riesgo de deterioro cognitivo subjetivo en un 21%
Estos hallazgos resaltan la importancia de adoptar una dieta equilibrada, con una mayor cantidad de alimentos de origen vegetal, para preservar la salud cerebral. Las nueces, las legumbres y otros alimentos ricos en antioxidantes y grasas saludables tienen un efecto protector contra el daño cognitivo progresivo.
Los investigadores concluyeron que limitar el consumo de carnes rojas, especialmente las procesadas, podría incluirse en las pautas dietéticas para fomentar una mejor salud cognitiva a largo plazo.
Si estás por replantear tus hábitos alimenticios, considera reducir tu ingesta de carnes rojas procesadas. Esto beneficia la salud y protege una de las herramientas más valiosas que podemos tener: nuestro cerebro.
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