El cuerpo está formado por cuatro componentes principalmente: agua, hueso, grasa y músculo o bien, en su totalidad a este grupo se le denomina masa muscular y a continuación te diremos si perder este elemento aumenta la probabilidad de demencia.
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Conforme pasan los años y el cuerpo envejece, es normal que se vaya perdiendo masa muscular, pero ¿perder demasiada puede aumentar la probabilidad de demencia? A continuación, te lo decimos.
Por su parte, la Clínica Mayo explica que el término demencia se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales.
En algunas personas que tienen demencia, los síntomas interfieren en su vida diaria, esta no es una enfermedad específica, sino que muchas enfermedades pueden causarla.
¿La pérdida de masa muscular aumenta la probabilidad de demencia?
Un nuevo estudio en el que participaron investigadores de varias instituciones médicas de Johns Hopkins investigó la pérdida muscular y el riesgo de demencia y descubrieron que el tamaño relativo de un músculo específico (que utilizaron como indicador de sarcopenia) se asociaba con un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
Conforme el cuerpo envejece, disminuye la masa muscular
A medida que se envejece, la masa muscular general tiende a disminuir. Después de los 50 años, se pierde un promedio del 1 al 2% de la masa muscular cada año.
Los expertos estiman que entre el 5 y el 13 % de las personas de entre 60 y 70 años tienen sarcopenia. En las personas de 80 años o más, este porcentaje aumenta al 11-50 %.
Esta tendencia a la baja dificulta la vida diaria y puede afectar la capacidad de una persona para cuidar de sí misma. La sarcopenia también aumenta significativamente el riesgo de caídas y fracturas.
Perder masa muscular sí aumenta el riesgo de demencia
Para el estudio, los investigadores reclutaron a 621 participantes sin demencia con una edad media de 77,3 años. Mediante resonancias magnéticas, midieron los músculos temporales de los participantes y los dividieron en grandes y pequeños. En total, 131 participantes tenían un temporal grande y 488 participantes tenían un temporal pequeño.
En su análisis, los investigadores tuvieron en cuenta otras variables que pueden influir en el riesgo de demencia, como la edad, el sexo, el nivel de educación, el estado civil, el tamaño del cerebro y el estado de APOE-E4, un gen asociado con la demencia.
Durante un seguimiento medio de 5,8 años, descubrieron que quienes tenían un temporal más pequeño tenían un mayor riesgo de desarrollar demencia.
Análisis posteriores mostraron que tener un temporal más pequeño se asociaba con un peor rendimiento en las pruebas cognitivas. Además, este grupo tuvo mayores disminuciones en el tamaño general del cerebro y en el tamaño de ciertas regiones cerebrales importantes para la memoria, como el hipocampo y la corteza entorinal.
“Hemos descubierto que los adultos mayores con músculos esqueléticos más pequeños tienen un 60 % más de probabilidades de desarrollar demencia cuando se ajustan a otros factores de riesgo conocidos”, explica Marilyn Albert, coautora principal de la investigación
La buena noticia es que existen formas de controlar la sarcopenia. Por lo tanto, al intervenir durante el proceso de envejecimiento, los profesionales médicos pueden reducir el riesgo de demencia.
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