Expertos en nutrición señalan que tener una dieta balanceada a lo largo de la vida es la forma más eficaz de conservar una buena función cerebral. A esta idea se suman nuevas investigaciones que indican que las personas que comen alimentos sanos desde sus primeros años de vida tienen más probabilidades de tener mejores capacidades cognitivas a medida que envejecen.
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Tener una alimentación en la juventud tiene importantes beneficios cognitivos más adelante, según una nueva investigación que abarca casi siete décadas en el Reino Unido, informa Euro News.
Los investigadores descubrieron que las personas que comían más verduras, frutas, legumbres y cereales integrales, y menos sodio y azúcares añadidos, tenían mayor capacidad cognitiva con el paso del tiempo.
Importancia de tener buena salud cognitiva
El cerebro necesita un aporte continuado de aminoácidos para la síntesis de neurotransmisores, especialmente serotonina y catecolaminas. Tener niveles bajos de serotonina se ha relacionado con una disminución del aprendizaje, del razonamiento y de la memoria, por lo que una buena alimentación es esencial para cuidar la salud cognitiva.
Esta es necesaria para adaptarse y ajustarse a nuevos desafíos, situaciones y para el bienestar general y la calidad de vida. Sin ella no podríamos procesar o analizar información de manera adecuada. Esto incluye habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la memoria, la atención y la capacidad de aprender nuevas habilidades, indica la Universidad Nebrija.
Alimentación y salud cognitiva
Los resultados de la investigación sobre la alimentación y la salud cognitiva proceden de la Cohorte Británica de nacimientos de 1946, en la que los investigadores reclutaron a más de 3000 personas y analizaron sus dietas, resultados cognitivos y otros factores en distintos momentos entre los cuatro y los 70 años.
Según el estudio, entre las personas con altas capacidades cognitivas, el 8% tenía dietas de baja calidad, mientras que el 36% tenía dietas de alta calidad. Por su parte, el 58% de las personas con capacidades cognitivas bajas seguían dietas de baja calidad y el 7% dietas de alta calidad.
"Esto sugiere que la ingesta de alimentos en las primeras etapas de la vida puede influir en nuestras decisiones alimentarias más adelante", afirmó Kelly Cara, que trabajó en el estudio como investigadora de nutrición en la Universidad estadounidense de Tufts.
La capacidad cognitiva puede ser influida por los componentes de la alimentación. Se ha comprobado que los alimentos con bajo índice glucémico parecen mejorar la atención, la memoria y la capacidad funcional, mientras que aquellos con azúcares simples se asocian con dificultad de concentración y atención, detalla un artículo de la revista Nutrición Hospitalaria en el portal de Scielo.
Por ello, seguir una alimentación adecuada puede ser una estrategia efectiva para evitar trastornos relacionados con la salud mental y mejorar el rendimiento cognitivo, pues si se nutre al cuerpo desde la juventud con hidratos de carbono, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales el envejecimiento cognitivo será más lento, explica Cuídate Plus.
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