¿Sabías que comer una manzana antes de las comidas principales puede tener un impacto positivo en tus niveles de azúcar en sangre? Investigaciones recientes han explorado este hábito y sus efectos, sobre todo en personas con diabetes. Aquí te contamos por qué podría ser una buena idea incluir una manzana antes de comer.
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Un artículo publicado en Nutrients analizó cómo el consumo de una manzana antes de un alimento con alto índice glucémico, como el arroz, ayuda a reducir los picos de azúcar en sangre. Los resultados mostraron que las personas que comieron una manzana antes del arroz tuvieron una disminución del 50% en la respuesta glucémica postprandial, comparado con quienes consumieron solo arroz. Esto se atribuye a la fibra y los polifenoles presentes en las manzanas, que ralentizan la absorción de carbohidratos.
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Además, la fibra soluble de las manzanas como la pectina mejora la digestión y aumenta la viscosidad del contenido estomacal. Esto prolonga el tiempo de digestión y evita picos rápidos de glucosa.
¿Por qué deberías comer más manzanas?
Las manzanas tienen un bajo índice glucémico (aproximadamente 36, de acuerdo con Glycemic Index Guide) y son ricas en antioxidantes como la quercetina. Este compuesto puede mejorar la sensibilidad a la insulina y combatir el daño oxidativo en las células del páncreas, que son esenciales para la producción de esta hormona.
Las manzanas también contienen polifenoles, que son antioxidantes protectores del páncreas y también pueden reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Estos compuestos interactúan con el sistema metabólico, regulando la secreción de insulina y la absorción de glucosa.
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Si quieres maximizar sus beneficios, puedes consumir una manzana aproximadamente 30 minutos antes de las comidas principales. Este hábito puede ser especialmente útil si buscas controlar tu peso o mantener niveles saludables de glucosa en sangre. Eso sí, recuerda consumirla con cáscara, pues ahí se encuentra una gran parte de su fibra y antioxidantes.
Incorporar una manzana a tu dieta diaria puede ser una estrategia efectiva para prevenir y controlar problemas relacionados con la glucosa en sangre. Recuerda: antes de hacer cambios drásticos en tu dieta, consulta a tu médico.
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