En México es tradición que celebremos la vida de aquellos que ya no están en el mes de noviembre. La riqueza cultural y las tradiciones de este país, han creado una forma única de ver el final de la vida y el inicio de la muerte, que no solo nos identifica, sino que también nos caracteriza a nivel mundial.
La festividad de este día puede variar según la región en la que nos encontremos. En Michoacán, por ejemplo, durante el rito del “Muerto Nuevo” se prepara una gran cantidad de comida y se vela la ofrenda por toda la noche, detalla El Informador. En otros territorios, también es tradición festejar, compartir la comida, reír y cantar junto a las tumbas de sus muertos para celebrar sus vidas, Sin embargo, un elemento constante en todas las celebraciones son las calaveritas de azúcar.
¿Cómo surgen las calaveritas de azúcar?
Las calaveritas de azúcar encuentran su origen en el "tzompantli", un altar hecho por las culturas mesoamericanas doonde representaban a la muerte como una transición a otra etapa de la vida. Estos cráneos se guardaban como trofeos y recuerdan a la muerte siempre presente. Existen calaveritas de todos los tamaños colores y sabores como el chocolate o el amaranto, aunque la tradicional y la más conocida es la de azúcar.
Para elaborar las calaveritas de azúcar, el procedimiento se denomina “vaciado”. Para realizarlo, el azúcar se disuelve en agua y se deja hervir por media hora hasta que espese, agregándole un poco de limón. Después de eso, el artesano vacía la mezcla en moldes, generalmente de barro, y deja escurrir el resto de la mezcla para que la calavera quede hueca, informa México Desconocido.
Una vez secas las calaveras, se sacan del molde y se decoran con betún elaborado con clara de huevo, azúcar glass y colorantes. En los ojos se usa papel de estaño.
¿Pueden consumirse las calaveritas?
Pese a que en muchos lugares las calaveras son comestibles, la mayoría de las que se venden en establecimientos contienen pegamiento industrial que no es comestible, por lo que no se recomienda comerlas a menos de el vendedor asegure que están hechas con procesos artesanales.
Además, otra razón para no comerlas es que están pensadas para adornar la ofrenda, pues algunas carecen de sabor. En caso de querer comer algún tipo de calaverita, se recomiendan las de chocolate o amaranto.