El uso excesivo de redes sociales, videojuegos y pantallas puede convertirse en un vicio digital que afecta la salud mental. Consumimos nuestro tiempo vital entre las pantallas de nuestra vida y desperdiciamos horas frente al LED.
La tecnología se ha convertido en parte fundamental de la vida diaria, pero su uso desmedido puede derivar en adicciones digitales con consecuencias en la salud mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce, por ejemplo, el trastorno por uso de videojuegos como una condición de salud mental. Diferentes estudios muestran que el tiempo excesivo en pantallas afecta el sueño, el estado de ánimo y la productividad.
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Los vicios tecnológicos están asociados con ansiedad, depresión, aislamiento social y dificultades de atención, especialmente en adolescentes y jóvenes.
Aquí en Sumédico te enlistamos los principales vicios del mundo de la fugacidad digital.
¿Por qué perdemos tanto tiempo en pantallas?
1. Dependencia de “likes” y validación externa
Hay una necesidad compulsiva de compartir cada aspecto de la vida, con el objetivo buscar validación externa constante de los demás.
El otro es una puerta hacia la propia reafirmación.
De acuerdo con el blog Psicología y Mente, "Definitivamente las redes sociales han sido un parte aguas en nuestra vida e incluso en nuestros procesos mentales a lo largo de nuestras etapas de desarrollo. Hemos creído que lo que vemos ahí es la felicidad sin cuestionarnos ¿qué es lo que realmentente me hace feliz?".
2. Trabajo digital sin pausas
Agotamiento mental y físico por hiperconexión laboral. Este fenómeno puede asociarse a lo que el filósofo surcoreano Byung-Chul Han ha descrito como una característica indisoluble de una sociedad del cansancio. En otras palabras, la consecuencia de la difuminación de los límites entre el descanso y el trabajo
3. Consumo de contenido en streaming sin control
Largas horas frente a pantallas que reducen el descanso. Un sistema que premia la gratificación inmediata y rechaza el esfuerzo y la constancia.
"La expectativa de que todo (respuestas, entregas, gratificación) debe ser instantáneo. Esto erosiona la paciencia, la capacidad de esperar y la tolerancia a la frustración. Además de mermar nuestra cavidad de esfuerzo por lograr objetivos planteados", según la publicación especializada.
La exposición a la luz azul de pantallas altera la melatonina, hormona que produce el cerebro para regular el ciclo de sueño-vigilia del cuerpo. Además de la ansiedad y depresión incitan a una comparación constante en redes sociales eleva el riesgo de problemas emocionales.
Menos interacción cara a cara con familia y amigos conlleva dificultad para concentrarse en tareas prolongadas y la sensación de agotamiento mental por estar siempre conectado.
Limitar el tiempo frente a pantallas mejora significativamente el bienestar psicológico en adolescentes y adultos.
La tecnología es una herramienta poderosa, pero cuando su uso se convierte en vicio puede dañar gravemente la salud mental. Reconocer los hábitos nocivos y establecer límites es fundamental para mantener un equilibrio entre la vida digital y la vida real.
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