A todas las personas nos cuesta trabajo afrontar ciertas situaciones. Mientras que algunos prefieren afrontar los momentos y las conversaciones incómodas, muchos otros eligen evitarlas, dado que hacerles frente les cuesta trabajo. ¿Consideras que eres una persona a la que le cuesta trabajo tener conversaciones incómodas? Te compartimos cinco rasgos característicos para saberlo.
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¿Por qué aparecen las conversaciones difíciles?
Las conversaciones difíciles pueden aparecer en múltiples circunstancias pues la confrontación implica un riesgo de desacuerdo, de herir o ser herido, y para algunos, el riesgo es demasiado alto, detalla Ovigem.
Cuando una persona está en una conversación difícil, el cerebro emocional actúa cuando la mente racional no es capaz de enfrentarse a la situación que tiene delante. Esto sucede en muchas situaciones de la vida, no solo en las discusiones y en las conversaciones difíciles.
Por lo anterior, los individuos que evaden las conversaciones difíciles desarrollan estrategias para evitar el conflicto, sin embargo, a largo plazo, este comportamiento puede resultar contraproducente.
Para lidiar de forma sana con las conversaciones difíciles que ocurren en todos los vínculos que tenemos a lo largo de la vida, debemos aprender a negociar o sostener nuestra posición, no obstante, no todas las personas cuentan con estas herramientas o apertura para hablar.
Psicología y Mente menciona que existen ciertos rasgos que delatan que una persona prefiere evitar los conflictos antes que afrontarlos. Te presentamos algunos de ellos.
5 formas de saber que a una persona le cuesta tener conversaciones difíciles
Sabemos que estar en situaciones de conflicto es complicado, pues todas las situaciones son diferentes y las razones para poder afrontarlas son diversas. No obstante, existen algunos rasgos en común que a veces predominan en una persona que es constantemente evasiva con las situaciones difíciles. Conoce alguna de ellas:
- Inseguridad
La inseguridad puede ser una característica común en las personas que evitan tener conversaciones difíciles, pues a veces impide que alguien se exprese abierta y sinceramente, limitando su capacidad para enfrentar momentos desafiantes.
De esta forma, la evasión se convierte en una estrategia de autoprotección, no obstante, a largo plazo puede tener consecuencias negativas para las personas que evitan las conversaciones incómodas, pues la gente a su alrededor puede llegar a interpretar que no le interesa solucionar los conflictos, llegar a soluciones o simplemente que son personas con las que no se puede construir un diálogo.
- Usas el silencio como defensa
El silencio es otra táctica de defensa común para las personas que evitan el conflicto. Al rehusarse a participar en un diálogo difícil, la persona evita la posibilidad de confrontación y conflicto no diciendo nada. Sin embargo, el silencio suele ser una solución temporal y, a menudo, agrava el problema en lugar de resolverlo, pues la otra persona o personas pensarán que no te interesa lo que dice.
El silencio también puede ser una forma de protegerse. Al no exponerse, la persona evita ser vulnerada y se refugia en su zona de confort.
- Es posible que tengas baja autoestima
Las personas con baja autoestima por lo general tienen miedo a la crítica. Este temor a ser criticados puede llevarlos a evitar conversaciones difíciles que puedan exponer puntos de su persona que tal vez no les guste aunque la intención de la discusión no sea como tal criticar a la persona, sino hacer una observación.
Evadir las conversaciones difíciles se convierte en una forma de autoprotección.
- Comunicas sin decir realmente nada
Otra de las características de las personas que evaden las conversaciones difíciles es que dicen sin realmente dar su punto de vista. Esto puede manifestarse de muchas formas: divagaciones, cambios constantes de tema, respuestas vagas o indirectas, entre otros.
El objetivo de no decir nada es evitar el conflicto y mantener la paz, aunque sea a expensas de la claridad y la honestidad con la otra persona. Este estilo de comunicación puede ser beneficioso a corto plazo, pero con el tiempo puede generar malentendidos, frustración y resentimiento en los demás.
- Darle la razón a la otra persona en todo
Por último, otra forma de saber si eres una persona que prefiere evitar el conflicto es que le das la razón de todo a la otra persona para mantener la paz sin realmente analizar las críticas, puntos de vista o ángulos que te mencionan. A veces pensamos que darle la razón al otro es una forma de evadir el conflicto, pero esto puede salir contraproducente, pues el otro puede creer que “le das el avión” o realmente no te importa su punto de vista.
Lo mejor que puedes hacer para afrontar el conflicto es hacerle saber a la otra persona que te cuesta trabajo afrontar las conversaciones difíciles pero que estás dispuesto o dispuesta a tenerlas. De esta forma pueden afrontarlas de otra forma y buscar soluciones más amables.
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