Desviar la mirada hacia abajo al hablar es una acción que, aunque inconsciente, puede revelar mucho sobre nuestras emociones y nuestro estado mental. A pesar de que tradicionalmente se ha considerado como una falta de respeto, la psicología moderna muestra que este gesto tiene interpretaciones más profundas y diversas.
La comunicación no verbal, que incluye gestos faciales y corporales, opera en un nivel subconsciente y muchas veces refleja nuestro verdadero estado emocional. En este sentido, apartar la mirada es un ejemplo de cómo nuestros gestos pueden hablar por nosotros.
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¿Cuál es el significado de mirar hacia abajo en una conversación?
Michael Argyle y Mark Cook, en su obra Gaze and Mutual Gaze (1976), explican que este acto puede tener múltiples funciones en la interacción social. Desviar la mirada, lejos de ser un gesto grosero, puede reducir la tensión en situaciones incómodas, mostrar cortesía o indicar introspección. Además, es común que se desvíe la mirada cuando procesamos información o evitamos confrontaciones visuales directas.
Allan y Barbara Pease, en El lenguaje del cuerpo (1981), asocian desviar la mirada a estados emocionales como timidez, inseguridad o evasión. En ciertos casos, puede incluso ser un signo de que alguien intenta ocultar algo o protegerse de su interlocutor. Este componente emocional hace que el acto de apartar la mirada sea difícil de controlar, y en algunos casos puede relacionarse con condiciones como la ansiedad social, la baja autoestima o incluso ciertos trastornos del espectro autista.
El desvío de la mirada también cumple funciones importantes en la regulación de la interacción social. Adam Kendon, en su artículo Some functions of gaze-direction in social interaction (1967), detalla cómo el movimiento de la mirada puede marcar pausas en una conversación, indicar reflexión o permitir que el otro tome la palabra.
De hecho, este gesto ayuda a que las interacciones fluyan de manera más natural y evita posibles malentendidos. Según Joseph A. DeVito en La comunicación interpersonal (1994), desviar la mirada también puede expresar sumisión, mientras que mantener una mirada fija suele mostrar dominación. Esto explica por qué, en situaciones de poder, como al hablar con un jefe, es común que desviemos la mirada.
En resumen, de acuerdo con CuerpoMente, mirar hacia abajo en una conversación si bien es un acto que puede denotar incomodidad, el contexto es esencial para su interpretación. Por lo que, lejos de ser un gesto negativo, apartar la mirada tiene un papel funcional en nuestras interacciones diarias.
Aunque algunas interpretaciones populares lo consideran una falta de respeto, puede ser una herramienta para equilibrar la dinámica social y emocional de una conversación, haciendo que las interacciones sean más llevaderas y respetuosas. ¿Tú qué opinas?
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