Querer complacer a todos es una trampa en la que muchos caen, ya que al principio nos hace sentir bien por hacer felices a los demás o por ser esa persona a quien todos acuden, pero poco a poco, nos esclaviza y nos hace sentir vacíos. Si te identificas, sigue leyendo para saber cómo dejar de ser una persona complaciente con todos menos contigo mismo.
Estar ahí para apoyar a los demás es algo positivo, sin embargo, cuando sacrificamos nuestros deseos y necesidades con tal de darle gusto a los demás o ser esa persona que todos esperan que seas, tiene serias consecuencias en tu salud mental.
De acuerdo con PsicoActiva, la necesidad de agradar a los demás en una conducta natural de los humanos, pues constantemente buscamos sentirnos aceptados y amados, el problema es que muchas veces llevamos a cabo conductas completamente diseñadas para gustarle a los otros, dejando de lado nuestros deseos al ser incapaces de decir no.
Estos comportamientos poco saludables tienen secuelas en nuestras emociones, por lo que resulta fundamental tener a la mano estrategias que nos permitan liberarnos y empezar a disfrutar de nuestra vida sin importar lo que otros esperen de nosotros.
¿Qué causa que una persona busque complacer a los demás?
Lo más importante es reconocer las razones que hay detrás de este comportamiento. Cuando cargamos con un peso familiar, social o laboral que no nos corresponde por el miedo a decir no, generalmente hay temores por fallarle a los demás y sentir el rechazo. Persiste la culpa por no dar todo por los demás, alerta Psicología y Mente.
En la mayoría de los casos, este comportamiento suele ser aprendido o imitado, es decir, que sus seres queridos suelen desenvolverse de la misma manera. También es común que, durante el desarrollo infantil, se haya implantado de la idea de que complacer a los demás es moralmente correcto, por lo que cuando no se hace, se debe sentir remordimiento o culpa.
Entre las características que definen a las personas que buscan complacer a los demás todo el tiempo, destacan:
- Son personas con miedo al rechazo, a decepcionar a los demás y al conflicto
- Con frecuencia tienen ansiedad y culpa solo de pensar en no dar todo por los otros
- Tienen una gran compasión hacia las demás personas
- Muchas veces carecen de una buena autoestima
- Solo se sienten valiosos cuando le dan apoyo y soporte a otras personas
Un artículo de The New York Times revela que muchos desarrollan estos rasgos desde la infancia y lo llevan hasta la edad adulta, mientras que otros, se basan en este comportamiento para poder hacerle frente a la incompetencia social, la ansiedad y el miedo al conflicto.
Uno de los principales problemas es que complacer a los demás puede sentirse bien al principio, porque se satisfacen las necesidades de los demás, pero con el tiempo, se crean resentimientos y al mismo tiempo, más miedos de solo pensar en decirle no a quienes todo el tiempo les dices que sí, volviéndose cada vez más difícil poner límites.
A largo plazo, pueden presentarse consecuencias como:
- Sentir un gran estrés y ansiedad que te puede llevar a cuadros depresivos.
- Pérdida de la identidad al no poder hacer cosas que tú realmente quieres o al adaptarte a las situaciones con tal de darle gusto a todos.
- Sensación de inconformidad con la vida, resentimientos y enfado frecuentes, lo que puede dar pie a comportamientos pasivo-agresivos.
¿Cómo dejar de ser una persona que quiere complacer a todos?
Empieza por dedicar más tiempo y cuidados a uno mismo, tanto a nivel físico como a nivel psicológico. Al principio la gente se va a resistir a tu cambio, muchos intentarán presionarte para que sigas haciendo lo que a ellos les complace, pero aunque haya esa negación, debes mantenerte firme.
Va a ser difícil, pero tienes que dejar la culpa de lado y aprender a decir no de forma rotunda. Solo así podrás alejar a las personas tóxicas y a quienes solo buscan aprovecharse de tu amabilidad para conseguir lo que quieren.
Si te hace sentir mejor, puedes empezar a decir con una frase previa de que vas a decepcionarlos, como “Esto te va a decepcionar, pero no podré apoyarte en esa ocasión”. El hecho de decirlo en voz alta puede darte un mejor control de tu miedo a fallarle a otros.
Cuando sientas la tentación de volver a complacer a los otros, aunque no quieras, ten en mente los beneficios que conseguirás si dices que no, como aprovechar ese tiempo para hacer algo que de verdad te gusta o simplemente descansar.
Finalmente, si tu miedo es al abandono, recuerda que cumplir con las expectativas de los demás poco a poco te hace sentir más solo y vacío, así que si alguien se aleja solo porque no hiciste lo que quería, en realidad te hizo un gran favor, porque no es alguien que de verdad esté para ti.
Las personas que realmente te aman, entenderán tus necesidades y, por el contrario, buscarán apoyarte para que seas más feliz.
Recuerda que ser amable con los demás es una excelente cualidad, pero si eso te obliga a dejar de lado tus necesidades, las consecuencias serán muy negativas. Prioriza los cuidados hacia ti mismo para que no sufras de un desgaste en tu energía y salud mental.
Busca el equilibrio entre una actitud amable hacia los demás y el amor hacia ti mismo, solo así podrás tener una vida plena y saludable.
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