Un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para las Infancias (UNICEF) reveló una disminución significativa del 44% en la confianza de las vacunas infantiles en algunos países durante la pandemia.
Durante un periodo de tres años, 67 millones de infantes no recibieron ni una vacuna debido a las tensiones sanitarias relacionadas con la pandemia en los sistemas de salud pública, eso aunado a la escasez de recursos, los conflictos, la fragilidad y la disminución de la confianza en ellas.
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“En el punto álgido de la pandemia, los científicos desarrollaron rápidamente vacunas que salvaron innumerables vidas. Pero a pesar de este logro histórico, el miedo y la desinformación sobre todo tipo de vacunas circularon tan ampliamente como el propio virus”, comentó la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
Russell también aseguró que estos datos son una señal de advertencia preocupante, dado que no se debe permitir que la confianza en las inmunizaciones de rutina se convierta en otra víctima de la pandemia. De no aplicar las vacunas correspondientes durante la infancia, se esperan olas enormes de muertes infantiles por sarampión, difteria y otras enfermedades.
¿Por qué hay incertidumbre sobre la efectividad de las vacunas infantiles?
La vacunación oportuna durante la infancia es esencial porque brinda inmunidad antes de que las niñas y los niños estén expuestos a enfermedades que podrían ser mortales. Las vacunas buscan garantizar la seguridad de las infancias a través de su administración, aseguran los Centros de para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
De acuerdo con el informe de la UNICEF, solo en China, India y México la percepción sobre las importancias de las vacunas se mantuvo en el mismo nivel o aumentó. Además, las personas menores de 35 años y las mujeres eran más propensas a reportar menor confianza en las vacunas para menores de edad después de que comenzó la pandemia.
Por otro lado, el apoyo a las vacunas sigue siendo relativamente fuerte con más del 80% de los encuestados en casi la mitad de los países que aún perciben las vacunas como importantes para las infancias.
Sin embargo, la amenaza de incertidumbre de la vacuna puede estar creciendo debido a diversos factores, como el desconocimiento sobre la respuesta a la pandemia, el creciente acceso a información engañosa, la disminución de la confianza en la experiencia y la polarización política, señaló el informe.
Los hogares más pobres son los más propensos a no recibir vacunas de rutina
Las desigualdades son, lamentablemente, parte del panorama, pues demasiadas niñas y niños en comunidades marginadas no pudieron obtener sus vacunas de rutina por no poder acceder a ellas o poder pagarlas, aseguró el informe.
En este sentido, alrededor de 48 millones de los 67 millones de niños y niñas que no recibieron las vacunas de rutina entre 2019 y 202, no recibieron una vacuna de rutina nunca. Los aumentos en el número de infancias con dosis cero fueron especialmente notables en Myanmar y Filipinas, según el informe.
El informe resaltó que los desafíos son mucho mayores en los países de ingresos bajos y medianos, donde aproximadamente 1 de cada 10 menores de edad en áreas rurales reciben dosis cero.
(Con información de CDC, UNICEF, WeMED)