En el marco del Foro de Innovación Médica, expertos en urología y oncología levantaron la voz sobre una crisis de salud pública que avanza en silencio: el cáncer de próstata en México.
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En el conversatorio de cáncer de próstata, avances e innovación diagnóstica-terapéutica que fue moderado por Roberto Rock L. director general de La Silla Rota y en el que participaron el Dr. Manuel Rodríguez, MSL en Bayer Oncology Pharmaceuticals y el Dr. Diego Antonio Preciado Estrella, especialista en urología oncológica y cirugía robótica, Hospital Ángeles, se abordaron puntos importantes sobre la enfermedad.
Mientras países desarrollados diagnostican el 80% de sus casos en etapa inicial (curable), en México esta cifra se desploma al 25%. La consecuencia es dramática: el 65% de los pacientes mexicanos diagnosticados mueren por la enfermedad, frente a solo el 20% en naciones con sistemas de salud robustos.
El Dr. Diego Antonio Preciado Estrella, especialista en urología oncológica del Hospital Ángeles, lo explicó de manera clara: "Imaginen la próstata como una manzana. Cuando encontramos el cáncer en etapa uno, es como descubrir que está podrida por dentro, pero la cáscara está intacta: podemos curarla. El problema es que casi la mitad de nuestros pacientes llegan cuando la podredumbre ya llegó a la cáscara o incluso contagió a otras manzanas".
Esta realidad se combina con una inversión en salud que no alcanza ni la mitad de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), haciendo de esta enfermedad "una de las más olvidadas de nuestro país".
El pecado capital del hombre mexicano: La cultura del "macho inquebrantable"
¿Por qué México llega tan tarde al diagnóstico? Los especialistas identificaron un enemigo cultural profundamente arraigado. El Dr. Manuel Rodríguez de Bayer Oncology lo explicó sin tapujos: "El pensar que este macho alfa lomo plateado vaya a contarle sus malestares a otro no es un tabú fácil de romper". Esta mentalidad, sumada al temor a los tratamientos, crea una barrera fatal.
Las estadísticas revelan una brecha de género alarmante: mientras las mujeres acuden a su primera consulta de rutina en promedio a los 23 años, los hombres esperan hasta los 56. "Y no por una rutina -aclara el Dr. Preciado-, sino porque ya tienen síntomas avanzados". El resultado es que los pacientes llegan a consulta "no con un dolorcito, sino cuando ya el analgésico no les quita el dolor metastásico", señaló Rodríguez.
Revolución en el quirófano: El robot que preserva la calidad de vida
La cirugía robótica emerge como la gran esperanza para los casos detectados a tiempo. El Dr. Preciado, experto en cirugía robótica, describió avances que parecen ciencia ficción: "Con el sistema DaVinci tenemos una cámara con aumento de 20 veces y brazos que multiplican nuestro arco de movimiento. Es como operar con un microscopio con precisión milimétrica".
Esta tecnología no sólo cura el cáncer, sino que preserva lo que los pacientes más valoran: la continencia urinaria y la función sexual. "En urología tenemos un dicho: primero muerto que incontinente", confesó el especialista. La innovación permite ahora "microdisecciones anatómicas que preservan las fibras nerviosas responsables de las erecciones. Hoy tenemos pacientes que terminan la cirugía y mantienen su función sexual, curados del cáncer".
Más allá de la cirugía: Fármacos que mantienen la calidad de vida
Para el 45-50% de pacientes diagnosticados en etapas avanzadas, la innovación farmacológica es crucial. El Dr. Rodríguez destacó el desarrollo de moléculas como darolutamida que representan un cambio de paradigma: "Ya no es cáncer igual a muerte temprana. Buscamos terapias que mantengan la eficacia pero minimicen eventos adversos para que el paciente pueda mantener su calidad de vida".
El especialista de Bayer enfatizó la importancia de que los tratamientos no sacrifiquen la vida cotidiana del paciente: "Un hombre activo que recibe un tratamiento que afecta su esfera sexual o le causa deterioro cognitivo probablemente lo abandonará. La innovación debe centrarse en que el paciente se sienta como si no tuviera tratamiento, pero beneficiándose de él".
La asignatura pendiente: Democratizar el acceso a la innovación
Los especialistas coincidieron en que el gran reto es cerrar la brecha de acceso. El Dr. Preciado ilustró la dramática heterogeneidad mexicana: "No es lo mismo vivir en Santa Fe y tratarse en el ABC, que vivir en la Sierra de Oaxaca, donde el índice de desarrollo humano es equiparable al África subsahariana".
Mientras en instituciones privadas se realizan cirugías robóticas de vanguardia, en el sistema público muchos pacientes siguen llegando "porque se taparon y ya no pudieron orinar, o por fracturas patológicas porque el cáncer se fue a los huesos". La solución, concluyeron, requiere mayor presupuesto en salud -actualmente menos del 3% del PIB frente al 6% recomendado- y campañas que convenzan a los hombres de que revisarse no es signo de debilidad, sino de inteligencia vital.
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