La Secretaría de Salud pidió a la población acudir cuanto antes por sus vacunas de influenza y sarampión, al advertir que la temporada invernal coincide con un aumento del riesgo epidemiológico en la región.
En el marco de la presentación del informe EAT-LANCET 2025, en la Academia Nacional de Medicina, el secretario David Kershenobich, señaló que México mantiene estable la hospitalización por influenza, la vigilancia epidemiológica sigue activa para detectar nuevas variantes.
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Reiteró que la prevención depende de la vacunación oportuna: “Estamos insistiendo en la importancia que tiene la vacunación para prevenir".
El riesgo, explicó, no es menor. "Canadá ya perdió la categoría de país libre de sarampión y Estados Unidos está a punto de perderla", lo que incrementa la probabilidad de importación de casos. En el caso de México, el país logró controlar el brote en Chihuahua.
De acuerdo con el secretario de Salud, se han distribuido más de 10 millones de dosis contra sarampión y mantiene activa la campaña de influenza, que el año pasado registró una respuesta social favorable que ayudó a reducir hospitalizaciones y fallecimientos.
Para acelerar la cobertura, dijo el secretario Kershenobich, se habilitaron más centros de vacunación en todo el país, con el objetivo de facilitar el acceso y aumentar la protección antes del pico invernal. Kershenobich recordó que las campañas de influenza y sarampión son independientes, pero ambas son esenciales.
¿Quiénes deben recibir la vacuna contra la influenza?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan la vacunación anual contra la influenza estacional para todas las personas de 6 meses o más que no tengan una razón médica para evitar la vacuna.
De acuerdo con Mayo Clinic, recibir una vacuna anual contra la influenza disminuye las probabilidades de presentar complicaciones graves o morir a causa de la influenza. Esto es importante para personas con alto riesgo de tener complicaciones de la gripe.
Los grupos de alto riesgo comprenden a las siguientes personas:
- Los adultos mayores de 65 años.
- Personas en asilo de ancianos y convalecientes o en instituciones para cuidado a largo plazo.
- Los niños pequeños, en particular aquellos de 12 meses o menos.
- Las personas que planean un embarazo, que esperan un bebé o que recientemente dieron a luz durante la temporada de gripe.
