El concepto de bruja tiene raíces antiguas en la historia de la humanidad. En las primeras civilizaciones, las mujeres que conocían de hierbas, medicina natural y astronomía eran respetadas como curanderas, sabias equivalentes a profesionales de la medicina actual.
En Mesopotamia y Egipto ya se registraban figuras femeninas vinculadas a rituales y sanaciones. Sin embargo, con la expansión del cristianismo en Europa, muchas de estas prácticas fueron consideradas peligrosas, heréticas y malditas por la iglesia.
Las referencias históricas a las brujas, en literatura, relatos o conservaciones ilustradas, datan de la antigüedad. Esta palabra significaba originalmente “mujer sabia”. Con el tiempo, el significado cambió hacia una connotación negativa asociada al mal y la magia oscura, fruto de la herencia judeocristiana.
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Aquí en Sumédico te contamos las implicaciones del concepto bruja y su relación con el conocimiento de medicina antigua.
Historia de las brujas
Entre los siglos XV y XVII, Europa vivió una de las etapas más oscuras de su historia: las guerras de religión.
Durante este periodo, cientos de mujeres fueron acusados de practicar magia, hacer pactos con el diablo, causar enfermedades y desastres naturales.
En esta etapa de persecución, las brujas almacenaron conocimientos de herbolaria, botánica y alquimia. La memoria de estas mujeres fue parte crucial del proceso para pasar esta serie de saberes: plantas venenosas, frutos con ciertas propiedades y el color de ciertos metales.
La clase de conocimiento resguardado constituyó la base para disciplinas modernas como la medicina, química y física:
- Uso de plantas medicinales
- Remedios populares
- Platillos con vegetales
- Infusiones terapéuticas
- Reacciones químicas de ciertos compuestos
- Puntos de ebullición de ciertas sustancias
Historiadores estiman que miles de personas fueron ejecutadas en Europa y América bajo acusaciones de brujería, gracias a las autoridades eclesiásticas europeas. Muchas de las acusadas eran mujeres con conocimientos de herbolaria, partería y medicina natural, que en su época eran consideradas “saberes femeninos” y ajenos a la autoridad eclesiástica o médica.
Por ejemplo, uno de los casos más emblemáticos fue el de Salem, Massachusetts, Estados Unidos, en 1692. En esta pequeña comunidad puritana, más de 200 personas fueron acusadas de brujería y 20 fueron ejecutadas.
Los registros históricos indican que el miedo, la histeria colectiva y los conflictos sociales influyeron en las acusaciones.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) incluso ha reconocido la importancia cultural de conservar la memoria de las víctimas de la caza de brujas como un recordatorio contra la intolerancia y la persecución religiosa de la que fueron objeto.
Las brujas reflejan la historia de cómo el miedo y el poder moldearon la percepción del conocimiento femenino. Hoy, su legado invita a repensar el papel de la mujer, la ciencia y la espiritualidad en la historia humana.
¿Alguna vez has conocido a una bruja?
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