Los desarrollos en biología molecular, inmunología y genética han contribuido de forma determinante en muchos aspectos diagnósticos y terapéuticos de la medicina en las últimas décadas. Estos logros en el desarrollo de atención clínica en el cáncer ginecológico se explicaron en el simposio semanal de la Academia Nacional de Medicina denominado la “Biología molecular en cáncer ginecológico” que coordinó el doctor Victor Manuel Vargas Hernández.
De acuerdo con la publicación médica Elsevie “la capacidad de amplificar el ADN mediante técnicas muy eficientes, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la construcción de proteínas recombinantes o la producción in vitro de proteínas virales con el autoensamblaje de estructuras que simulan el virus entero, pero con mayor poder inmunogénico (virus like particles [VLP]), son sólo algunos ejemplos de cómo la biología molecular y la ingeniería genética se han trasladado a diversas tecnologías de gran precisión y de aplicación práctica en el diagnóstico clínico y en el desarrollo de instrumentos de protección, como son las vacunas”.
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El coordinador de la sesión refiere que “el conocer el tipo de alteraciones genéticas que tiene el cáncer nos permite conocer los biomarcadores que en algunos casos nos van a permitir otorgar tratamientos menos agresivos y en otros casos omitir, en otros casos también evitar la radioterapia y sus consecuencias y nada más realizar tratamientos quirúrgicos que pueden ser menos agresivos”.
Más especialistas en la biología molecular del cáncer ginecológico
La doctora Eva Ruvalcaba Limón mencionó que conocer la composición molecular del cáncer de mama puede ayudar a disminuir los efectos adversos de este tipo de enfermedad en etapas avanzadas.
Por su parte el doctor Rogelio Robles Morales expuso sobre la clasificación molecular en cáncer de ovario y sobre la clasificación molecular del cáncer de endometrio habló la doctora Elsa Argelia Camarillo Quesada.
“El cáncer ginecológico es una área importante, pero los tratamientos prácticamente siguen siendo los tradicionales o convencionales debido a que ha sido complejo integrar las firmas genéticas por el costo que éstas tienen. Aunque para el cáncer de mama prácticamente los biomarcadores se han estudiado en casi todo el país aún falta ver si son receptores estrogénicos positivos para realizar una adecuada clasificación molecular y dar un tratamiento dirigido a los pacientes”, concluyó el doctor Víctor Manuel Vargas Hernández.
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