En México aproximadamente 30 millones de personas viven con dolor crónico, es decir, al menos 1 de cada 4 habitantes del país. Sin embargo, no todos ellos tienen acceso al tratamiento adecuado para esta enfermedad, alertó el doctor Ángel Juárez Lemus, presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD).
En entrevista con Su Médico-EL UNIVERSAL, el especialista recordó que la Organización Mundial de la Salud reconoció al dolor crónico como una enfermedad en sí misma, por lo que ahora el reto para México es dotar con recursos suficientes para fortalecer la atención, pues sólo el 3% del presupuesto para medicamentos es destinado fármacos usados contra el dolor crónico.
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Aunque el doctor Juárez Lemus ve también otro reto en materia social y de salud, ya que señaló la importancia de educar y crear conciencia entre la población y los médicos para que conozcan todas las alternativas que existen para tratar este problema de salud pública.
El reto de reconocer en México el dolor crónico como una enfermedad
P: ¿Cuál es el panorama del dolor crónico que tenemos actualmente en México?
R: En México, como a nivel mundial, es muy importante la afectación que puede tener el dolor crónico en las personas que lo padecen y en su familia. De hecho actualmente la Organización Mundial de la Salud ha considerado al dolor crónico como una enfermedad debido a que causa alteración en la función de quien lo padece, genera muchos gastos, modifica otros aspectos. No es solamente la parte de dolor, si no que vemos que tiene repercusión en ansiedad, en depresión, genera gastos a la salud pública y también causa ausentismo frecuentemente.
Es importante resaltar que aquí en México el panorama no es como quisiéramos, no tenemos todos los recursos que se necesitan para poder controlarlo y no nada más eso, sino también falta hacer conciencia de ello, a veces tenemos que partir desde ser conscientes de que tenemos un problema.
P: En México falta ese reconocimiento del dolor crónico como enfermedad, ¿verdad?
R: Así es. En México tenemos que educar y buscar brindar información a todo el público para que estén conscientes de que hay alternativas para tratarlo, hay médicos especialistas que pueden tratarlo, instituciones a donde pueden acudir, pero también hace falta educar a los mismos médicos. También es importante recordar que no tuvimos, o al menos en mi generación, una educación formal para para el control de esta enfermedad tan importante que es el dolor, muchas veces hay desconocimiento de las terapias adecuadas por parte de los propios profesionales de la salud, pero también importante educar a los que toman decisiones, a los políticos, a quienes se encargan de las leyes para voltear a ver este problema. La educación es algo básico en lo que necesitamos enfocarnos y que necesitamos trabajar todos.
70% de los mexicanos con dolor crónico no recibe tratamiento
P: ¿Doctor, se sabe doctor más o menos cuántos mexicanos sufren dolor crónico?
R: Hay un estimado de cerca de 30 millones de mexicanos. Es algo que no dista mucho de de las otras estadísticas a nivel mundial, lo que sí dista de otros otros países es la cantidad de las personas que tienen acceso a un tratamiento adecuado. Ahí sí vemos que de estos 30 millones que pueden presentar dolor crónico, solamente 10 millones o menos son los que realmente están teniendo acceso a un tratamiento adecuado, porque no es lo mismo que reciban tratamiento a lo mejor terapia alternativa o algún antiinflamatorio a que reciban realmente la terapia específica y especializada que se tiene para para estas padecimientos.
Por ejemplo, hay una estimado de menos de 6 millones que están recibiendo tratamiento, pero a base solamente de paracetamol, diclofenaco o ketorolaco. No quiere decir que no sean buenos estos medicamentos, pero tienen sus indicaciones muy claras para un corto tiempo, para una lesión de un golpe, alguna inflamación, pero no para padecimientos como el dolor crónico que puede ser más complejo. Incluso también hay una estadística similar de 6 millones de personas que no reciben ningún tratamiento, es ahí es donde saltan mucho los datos de alerta de que tenemos un problema.
P: ¿A qué se puede atribuir que un grupo tan grande de la población no esté accediendo al tratamiento que necesita?
R: Hay varias cuestiones, como mencionamos la parte de desconocimiento sería una parte muy importante, otra parte es porque no tienen el acceso, a lo mejor si están conscientes y si se está identificando el problema del dolor crónico, pero no tienen con quién acudir. Por ejemplo, en México de las clínicas de dolor que hay, una cuarta parte están aquí en Ciudad de México, el 25%, en el Estado de México y hay otros donde solamente cuentan con una clínica del dolor, pero también es importante mencionar que no nada más es decir que se cuenta con clínica del dolor sino que no está los 365 días del año, funcionan cinco días a la semana, sin los tratamientos que se requieren como los opioides.
Vemos que hay una escasez de opioides aquí en México lo que se conoce ahora como la crisis de opioides en México nos afecta, pero diferente a Estados Unidos, nosotros no tenemos los medicamentos. A veces no se cuenta con todo el personal necesario para atender el dolor crónico, a veces es solamente un médico con un consultorio que además es prestado de otra especialidad.
P: ¿Qué es lo que le duele a los mexicanos? ¿Qué han detectado ustedes?
R: Dentro de este amplio panorama, en México vemos que hay causas de dolor relacionadas a otras enfermedades. México padece mucho de obesidad, diabetes y otra cosa que no es una enfermedad, pero la población está envejeciendo. Entonces partiendo de eso podemos ver que los pacientes presentan dolores músculo esqueléticos, problemas degenerativos de las articulaciones y es frecuente el dolor de rodillas, hombro, manos. Otra causa de dolor frecuente es el dolor de tipo neuropático en los pacientes con diabetes, la neuropatía diabética, la cefalea también es frecuente, o sea el dolor de esa migraña y algo muy importante también es el dolor oncológico.
Los pacientes con cáncer, a medida que va avanzando la enfermedad, hasta el 80% presenta dolor incluso muy severo. Entonces en México principalmente el cáncer de mama, cáncer de próstata y también cáncer de pulmón son frecuentes. Esta población presenta dolor de diferentes tipos tanto por el propio cáncer como por los tratamientos como radioterapia y quimioterapia.
P: ¿A partir de cuándo ya se cataloga como un dolor crónico?
R: Esto se basa en temporalidad, o sea lo que nos dice es que si dura más de tres meses es un dolor que se considera crónico. Mencionar que es importante decir que si un dolor ya cumplió su función que es alertar y hacer que evitemos algo que nos puede perjudicar a la salud, si el dolor persiste eso ya no es normal. La función del dolor, que es alertarnos, protegernos y básicamente la supervivencia, ya no se está cumpliendo y es cuando ya se considera una enfermedad. Si ya pasó lo que originaba el dolor y el dolor persiste ya no es normal, es un dolor crónico o también si es de mucha intensidad se debe de buscar una atención pronta.
“Hay muchos cambios por hacer para combatir el dolor crónico”
P: En el caso de un paciente que justamente puede acceder al tratamiento que requiere, ¿cómo mejora su calidad de vida?
R: Bueno, la calidad de vida tiene muchos aspectos, es algo muy individual, pero lo que es un hecho es que alguien que tiene dolor no tiene calidad de vida, porque les empieza a afectar la interacción con otras personas, se empiezan a aislar, se deprimen y no pueden dormir bien. Se afecta económicamente ya no nada más la persona, sino toda una familia, todo un entorno o las empresas, en general toda la sociedad porque se genera un gasto que muchas veces éste lo adquieren las mismas personas, al no haber atención en los hospitales públicos lo pagan de su bolsillo, pero en algunos otros casos el gasto corre directamente también de la salud pública. Que es muy poco, de hecho de los gastos que están destinados para medicamentos, están destinados para dolor menos de 3%, pero además eso, casi tres cuartas partes es solamente para el IMSS.
P: ¿Cree usted que sería necesarios hacer cambios en materia legislativa y presupuestal para garantizar que una persona que sufre dolor crónico va a ser diagnosticada a tiempo, va a tener el tratamiento adecuado y va a mejorar su vida?
R: Bueno, yo creo que sí hay muchos cambios que se tienen que hacer. Aquí tendríamos que priorizar lo más importante, las normas que ya se tienen, hacerlas valer. De alguna forma que haya una obligatoriedad de brindar la salud a los pacientes, porque se puede decir tenemos derecho a la salud y es un derecho humano que se debe de cumplir, pero si no tenemos lo necesario cómo se va a cumplir.
Entonces precisamente la parte del presupuesto es muy importante, ese 3% se tiene que incrementar, se tiene que aumentar el presupuesto para medicamentos para terapias y para tener al personal necesario, no nada más son médicos, puede ser psicólogos, nutriólogos, fisioterapeutas, darle más prioridad a la investigación.
Para poder atender a estos pacientes se tendría que aumentar el gasto. Me parece que había un promedio de lo que se han gastado en los últimos cinco años, bueno del 2015 al 2020, y se veía un promedio de 1,200 millones de pesos destinados para el control del dolor, pero se estima que para que los pacientes puedan tener una atención adecuada, se tendrían que incrementar por lo menos unos 6 mil millones de pesos y de esta forma podríamos atender hasta 80% de los pacientes que tienen dolor, ni siquiera se alcanzaría a cumplir el el 100%.