El consumo de alcohol ha estado asociado a diversos problemas de salud. Se estima, de acuerdo con El País, que más de dos millones de personas mueren todos los días a nivel global por culpa de esta sustancia.
Al respecto, la revista Nature Medicine presentó esta semana un enfoque nuevo para tratar los casos más graves de adicción a esta sustancia: la terápia génica.
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Según El País, la terápia genética ya se emplea para tratar algunos tipos de cáncer, hemofilia, enfermedades raras e incluso Parkinson. Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Ciencia y Salud de Óregon (Estados Unidos) busca conocer si es efectiva esta terápia frente al alcoholismo.
Terápia genética: un tratamiento innovador
La terápia génica es un enfoque médico que trata y previene afecciones al corregir problemas genéticos subyacentes, es decir, esta permite que los profesionales de la salud traten trastornos alterando la composición genética de una persona en vez de emplear medicamentos o cirugía, detalla MedlinePlus.
Se sabe que las sustancias alcohólicas incrementan los niveles de dopamina, sustancia química que hace sentirse bien a la persona que bebe y refuerza su comportamiento. Al respecto, la líder del estudio Kathleen Grant, directora de la división de neurociencia del Centro Nacional de Investigación en Primates de Oregón junto con sus colegas, plantearon que recuperar el equilibrio de dopamina podría servir para reducir el consumo de alcohol en las personas. Esta teoría la probó primero con monos.
El experimento se llevó a cabo con ocho macacos a los que se les administró una gran cantidad de etanol diluido en agua para generarles alcoholismo. Cuatro de ellos recibieron el tratamiento con la terapia génica y los otros solo un placebo.
¿Qué resultó de esto? Los cuatro animales que recibieron el factor de crecimiento derivado de la línea de células gliales (GDNF por sus siglas en inglés) vieron que el sistema de recompensa regulaba la dopamina y recuperaron el equilibrio en su cerebro, reduciendo el consumo de alcohol en un 90% comparado con el grupo de control.
“Su consumo se redujo hasta casi desaparecer. Durante meses, eligieron solo el agua y evitaron el alcohol. Fue increíblemente efectivo”, celebra Grant.
Principales retos de este tratamiento
Pese a que este tratamiento innovador es prometedor, el camino para tratar a personas con adicción al alcohol con este sistema aún es largo, pues se trata de un tratamiento costoso que sólo se aplica cuando otros métodos han fallado. Además de esto, el procedimiento requiere cirugía, otro factor que no facilita su aplicación.
No obstante, es importante seguir investigando sus beneficios y desventajas, aunque hasta ahora el tratamiento parece ser exitoso. Los científicos esperan poder aplicarlo para otras adicciones.
(Con información de El País, Nature Medicine, MedlinePlus)