Jimena Pérez mejor conocida como la “Choco”, abrió su corazón y a través de su cuenta de Instagram compartió un emotivo vídeo en donde confiesa que sufrió cáncer de mama y hoy te diremos por qué ocurren en mujeres jóvenes.
“La Choco” de 43 años de edad mostró su tratamiento a través de un video de Instagram, la ex conductora de Ventaneando fue atendida en Madrid, España y en la Ciudad de México.
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Durante el tratamiento, la conductora de televisión fue operada y tomó varias quimioterapias para combatir el cáncer de mama que le había sido detectado a tiempo.
“Hoy abro mi corazón y les cuento que el viernes pasado fue mi última quimioterapia, 2023 ha sido el año más difícil y retador”, se lee al inicio del mensaje de la Choco en Instagram.
¿Por qué ocurre el cáncer de mama en mujeres jóvenes?
Ayer te hablamos de que Andrea Torre de 44 años había combatido el cáncer de mama y hoy te informamos que Jimena “Choco” Pérez también logró vencerlo, sin embargo, ambas son mujeres jóvenes que han luchado contra esta enfermedad.
El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) señala que el cáncer de mama en mujeres jóvenes tiene una alta prevalencia en este Instituto, correspondiendo al 15% del total de pacientes atendidas en dicha institución.
Más del 80% de las pacientes de este subgrupo de edad se presentan en etapas avanzadas de la enfermedad y los subtipos triple negativo y HER2-positivo son más frecuentes cuando se compara con personas mayores.
En México es más probable que las mujeres jóvenes sufran cáncer de mama
En México, el cáncer de mama se diagnostica en edades más jóvenes en comparación con lo informado en otras poblaciones. La edad promedio de diagnóstico en mujeres mexicanas es de 50 años, lo que representa una década menor que en la población anglosajona y europea.
El 50% de las mujeres con cáncer de mama tiene una edad menor de 50 años al diagnóstico, en contraste con el 22% en la población caucásica. Aunque no existen datos nacionales disponibles sobre la distribución de la edad al diagnóstico del cáncer de mama en mujeres más jóvenes de 40 años, la información recabada del registro de pacientes de nuevo ingreso del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y el Centro de Cáncer de Mama del Hospital San José, mostró que el 15 y 14% del total de 728 y 265 pacientes, respectivamente, con diagnóstico reciente de cáncer de mama en el 2014, correspondían al grupo de mujeres jóvenes.
Esta proporción resulta significativamente mayor en comparación con el 5-7% del total de casos que se diagnostican en centros académicos y de concentración en Estados Unidos y Canadá en un año.
Las mujeres jóvenes con cáncer suelen ser diagnosticadas en etapas avanzadas
La importancia de esta incrementada proporción de casos en mujeres jóvenes radica en que su diagnóstico y comportamiento son generalmente más agresivos, con un número desproporcionado de años de vida perdidos debido al cáncer. Esto se debe a la frecuente presentación al diagnóstico en etapas avanzadas, a una mayor proporción de tumores triples negativos y con sobreexpresión de HER2, y a mayores tasas de recaídas sistémicas en cualquier estadio clínico en comparación con las mujeres postmenopáusicas.
¿Cómo las mujeres jóvenes pueden encontrar alguna anomalía en sus mamas?
Es bien sabido que a partir de los 40 años de edad se recomienda a todas las mujeres realizarse una mamografía, si todo sale bien y no hay ninguna anomalía deben de volver cada 2 años. Sin embargo, las mujeres jóvenes pueden descubrir anomalías de la siguiente manera:
- Autoexamen de mama: Es un método sencillo de exploración de las mamas que permite detectar algún cambio, bultos o hinchazones anormales. Deben realizarlo mensualmente a partir de los 20 años, después de una semana de la menstruación. De esta manera, la mujer se familiariza con su cuerpo. Recuerda que el autoexamen no reemplaza la inspección médica.
- Prueba genética BCR 1 Y 2: El test genético es una prueba que deben realizarse las mujeres mayores de 30 años con incidencia familiar de cáncer de mama u ovario. Este análisis de genes a través de muestra de saliva permite realizar estudios en busca de mutaciones genéticas hereditarias como BRCA1 y BRCA2 que podrían desencadenar en cáncer de mama y ovario. El resultado de dicha prueba tiene por objetivo identificar la incidencia de la enfermedad unos 20 a 40 años antes de desarrollarla.
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