Al lavar las toallas es común que busquemos que queden suaves y con una fragancia agradable que perdure por varios días, lo que favorece que usemos grandes cantidades de suavizante, pero ¿es correcto hacerlo? Te decimos por qué en realidad debes dejar de poner este producto al lavar las toallas.
El portal especializado Mejor con Salud apunta que los suavizantes son tan populares debido a que dejan las prendas con un rico aroma, así como con suavidad al tacto. Pero antes de usarlos al lavar las toallas, es importante que tengas en cuenta su mecanismo de acción.
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En general los suavizantes para ropa son productos con acondicionadores como siliconas, ceras o aceites que al tener contacto con las prendes se fijan en lis fibras y crean una barrera protectora.
Tal vez pienses que esto no es un problema, pero cuando se trata de las toallas, el suavizante puede arruinarlas y a continuación te explicamos por qué.
¿Por qué no debes usar suavizante al lavar las toallas?
Los suavizantes de telas tienen fragancias deliciosas, así como ingredientes especiales que le dan un aspecto más bonito y suave a la ropa, pero cuidado con echarlo en la carga de lavado sin ninguna consideración, ya que tienen efectos negativos en las toallas.
Esto se debe a que las toallas están hechas de tejidos absorbentes como el algodón y la microfibra, los cuales tienen el propósito de retener el agua al secar nuestra piel, sin embargo, cuando usamos suavizante de telas alteramos esa capacidad, ya que se forma una capa sobre las fibras que impide que el agua penetre.
Por lo tanto, el uso de suavizante al lavar las toallas hace que dejen de secar correctamente, además de que favorece la acumulación de suciedad y microorganismos al impedir que el agua circule por las fibras de la tela.
Otra desventaja de los suavizantes en las toallas es que dañan su estructura al hacer que las fibras se junten y sea imposible que se vean esponjosas.
¿Qué usar en lugar de suavizantes?
No te preocupes, esto no significa que debas resignarte a que tus toallas no tengan un aroma delicioso después de lavarlas, existen otras opciones para garantizar suavidad y fragancia.
Lo primero que debes tener en cuenta es el uso de vinagre blanco durante el enjuague, ya que es producto natural tiene un nivel de acidez ideal para eliminar los malos olores de las telas y favorecer la suavidad.
También puedes poner a remojar las toallas en una cubeta con agua y una taza de vinagre, durante al menos una hora antes de lavarlas a mano o en la lavadora. También funciona el bicarbonato de sodio, simplemente agrega a las toallas media taza del producto durante el lavado.
Nunca uses cloro y otros productos abrasivos para eliminar los malos olores ya que arruinarás por completo la suavidad de las toallas.
Procura poner a secar tus toallas al aire libre o con una secadora a temperatura suave para no dañar las fibras. Un buen truco es echar pelotas de tenis a la secadora para que salgan más esponjosas y suaves.
Finalmente, es importante que nunca planches las toallas, lo mejor es sacudirlas bien una vez que estén secas para que se mantenga su estructura esponjada y que no se pierda su capacidad de absorción.
Suavizante casero para tus toallas
Puedes preparar en casa un suavizante para toallas con ingredientes naturales y que no son dañinos, solo necesitas lo siguiente:
- Vinagre blanco (2 tazas)
- Agua mineral (1 litro)
- Bicarbonato de sodio (2 cucharadas)
Mezcla el vinagre con el agua mineral y poco a poco ve integrando el bicarbonato de sodio. Notarás que se forma una espuma. Mezcla bien y luego guarda lo resultante en una botella de plástico.
Agrega un poco de este suavizante casero a tus toallas durante el lavado y notarás que quedan muy limpias, sin malos olores y suaves, además de que se eliminan las manchas sin necesidad de tallar.