Más allá de buscar caries o una limpieza profunda, visitar al dentista puede convertirse en una poderosa sesión de diagnóstico médico general, por lo que es importante que conozcas las enfermedades que se pueden detectar en una visita odontológica.
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La cavidad bucal, con sus tejidos, fluidos y microbios, no es un sistema aislado; es un reflejo de lo que sucede en el resto del cuerpo. Las señales de alerta que un dentista observa a simple vista pueden ser el primer indicio de condiciones crónicas y graves que, de otro modo, pasarían desapercibidas durante meses o incluso años.
¿Cuáles son las enfermedades que se pueden detectar en una visita al dentista?
Los profesionales de la odontología están entrenados para identificar signos que trascienden la salud dental. Inflamación de encías, sangrado persistente, mal aliento específico y úlceras que no cicatrizan son, en muchas ocasiones, la punta del iceberg de un problema de salud subyacente.
Estas son las enfermedades que se pueden detectar en una visita al dentista:
- Diabetes mellitus
Uno de los vínculos más documentados es el que existe entre la diabetes y la enfermedad periodontal. La diabetes mal controlada debilita el sistema inmunológico, haciendo a los pacientes extremadamente susceptibles a las infecciones bacterianas en las encías. Pero esta relación es una calle de doble sentido: la enfermedad periodontal grave, a su vez, puede elevar los niveles de glucosa en sangre, dificultando el control de la diabetes.
Un dentista puede sospechar fuertemente de una diabetes no diagnosticada cuando observa una encía roja intensa, inflamada y que sangra con facilidad, incluso ante una higiene dental aparentemente correcta. La presencia de abscesos recurrentes y una cicatrización anormalmente lenta después de una extracción u otro procedimiento son otras banderas rojas. Un estudio publicado en el Journal of Dental Research respalda que los pacientes con periodontitis severa tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar diabetes tipo 2, por lo que la boca actúa como un sistema de alarma temprana.
- Hipertensión Arterial
Aunque la medición directa de la presión arterial debe hacerse con un baumanómetro, el dentista puede ser el primero en detectar indicios indirectos. Pacientes con hipertensión no controlada a menudo presentan un sangrado gingival excesivo durante los procedimientos rutinarios, como las limpiezas, debido al aumento de la fragilidad capilar. Además, algunos son los medicamentos para la hipertensión, como los bloqueadores de los canales de calcio, que pueden causar un efecto secundario bien conocido: el crecimiento exagerado del tejido gingival.
Este agrandamiento gingival, conocido como hiperplasia, no solo es un problema estético. Crea nichos donde se acumulan placa y bacterias, complicando la salud periodontal del paciente. La Asociación Dental Americana recomienda que las consultas dentales incluyan preguntas sobre la historia médica y los medicamentos, ya que este efecto secundario específico es una pista clara que vincula la salud bucal con la cardiovascular.
- Osteoporosis
La osteoporosis, una enfermedad que reduce la densidad ósea, afecta a todo el esqueleto, incluidos los maxilares que sostienen los dientes. Durante un examen radiográfico de rutina, como una panorámica, un dentista alerta puede notar una pérdida inusual en la densidad y el volumen del hueso alveolar (el que rodea las raíces de los dientes). Esta pérdida ósea puede manifestarse como una periodontitis acelerada o como una movilidad dental inexplicable.
Investigaciones citadas por la International Osteoporosis Foundation han demostrado una correlación entre la pérdida de hueso mandibular y una menor densidad mineral ósea en la columna vertebral y la cadera. Para muchas mujeres posmenopáusicas, que son el grupo de mayor riesgo, una visita al dentista y una radiografía podrían ser el primer paso para identificar una osteoporosis en sus fases iniciales, permitiendo un tratamiento para fortalecer los huesos antes de que ocurra una fractura.
- Desórdenes alimentarios
Los desórdenes alimentarios como la bulimia nerviosa dejan signos reveladores. La exposición repetitiva de los dientes al ácido del vómito erosiona severamente el esmalte en la parte posterior de los dientes anteriores, un patrón muy característico. La boca seca (xerostomía) y el aumento en la incidencia de caries son también comunes. Detectar estos signos permite al profesional dental abordar el tema con sensibilidad y recomendar la búsqueda de ayuda psicológica y médica especializada.
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