REFJEJO DEL SOL

Reflejo del sol en el mar podría causar degeneración macular ¿Cómo cuidarse?

Exponernos al sol de manera abrupta en la playa y ver el reflejo del sol en el mar puede causar irritación en los ojos y hasta una sensación de quemado en las pupilas

Ir a la playa y exponerser abruptamente al reflejo del sol en el mar puede dañar la vista.
Ir a la playa y exponerser abruptamente al reflejo del sol en el mar puede dañar la vista. Créditos: Canva
Escrito en VIDA SANA el

Ir a la playa es una de las sensaciones más agradables, ya que podemos disfrutar del buen clima para relajarnos y refrescarnos en el mar pero ¿sabías que el reflejo del sol en el mar puede causar problemas de la vista como degeneración macular o cataratas? Te decimos cómo protegerte. 

La doctora Ainhoa de Federico, creadora del método Volver a Ver Claro y quien actualmente se desempeña como Profesora-Investigadora en la Universidad de Toulouse, Francia, dijo en entrevista con Sumédico que pasar de estar en interiores la mayor parte del tiempo a exponernos al sol de golpe en la playa puede tener consecuencias en la vista.

Según la experta, en nuestra vida cotidiana cada vez pasamos más tiempo expuestos a luces artificiales, lo que no le da el estímulo necesario a nuestros ojos, como sí ocurre con la luz solar.

Esto se acentúo más desde el confinamiento por la pandemia de covid-19 y porque la calidad de las luces de las iluminaciones artificiales ha cambiado, ahora usamos más luces LED, que aunque son económicas y ecológicas, no son lo mejor para nuestra visión porque solo emiten luz azul.

“Este tipo de luz desinforma a nuestro organismo y nuestro ciclo circadiano no se regula adecuadamente, por lo que tampoco hay un buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso y endocrino”, alerta la investigadora. 

Ver el reflejo del sol en el mar podría causar degeneración macular 

Exponernos al sol de manera abrupta en la playa y ver el reflejo del sol en el mar puede causar irritación en los ojos y hasta una sensación de quemado en las pupilas; en situaciones extremas y a largo plazo, podría favorecer cataratas y degeneración macular, un trastorno ocular que, según MedlinePlus, destruye lentamente la visión central y aguda, lo cual dificulta la lectura y la visualización de detalles finos.

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Según la NOAA de Estados Unidos, esto se debe a que el agua puede reflejar hasta el 80% de los rayos solares, lo que supone un riesgo significativo para la salud ocular.

Por ello, es muy importante que podamos pasar más tiempo al sol, al menos periodos de 5 a 10 minutos todos los días. Pero debemos ser precavidos, porque estar la mayor parte de nuestro tiempo ante luz azul en los hogares y oficinas y luego exponernos a la luz del sol intensa en un viaje a la playa puede ser dañino.

“Pasar de golpe de estar encerrados a exponernos al sol y los reflejos en el mar no es ideal, necesitamos un entrenamiento de transición”, menciona de Federico. 

¿Cómo proteger la vista del reflejo del sol en el mar?

La experta sugiere el método del asoleo, una práctica que se hace primero con los ojos cerrados al aire libre, sin cristales interpuestos, con la nariz apuntando hacia el sol.

“Cuando estamos en un estado constante de mala iluminación, nuestros ojos se vuelven perezosos y por ello es muy importante practicar el asoleo, de preferencia al amanecer o al atardecer, cuando los rayos solares no son tan intensos”, refiere.  

Por el ángulo que tiene el sol en estos horarios, las capas de la atmosfera nos protegen mejor y predomina la luz roja, la cual tiene propiedades curativas para la retina, activa las mitocondrias y esto hace que la retina tenga más energía y esté más saludable.

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Como consecuencia, la retina tiene la capacidad de no afectarse cuando nos exponemos a la intensidad de la luz solar que nos llega a pleno día y también de los reflejos del sol en el mar o la nieve.

“La idea es empezar con los ojos cerrados en las horas en que no hay sol intenso y gradualmente hacer el asoleo a otras horas del día, porque también es importante exponer nuestros ojos a la luz del mediodía, que es cuando hay más luz azul pero natural”, detalla de Federico.

Entrenarnos de esta manera previene el desarrollo de problemas de la vista como la miopía, especialmente en los niños.

De hecho, para ellos se recomienda que pasen al menos un par de horas al día al sol jugando, pues investigaciones demuestran los efectos positivos de la luz solar en la vista, siempre y cuando lo hagamos de forma constante y no pasar de luz artificial a solar de golpe.

Una vez que podamos hacer el asoleo con los ojos cerrados en la luz del mediodía, empezaremos por hacerlo con los ojos abiertos, nuevamente en los horarios de menos sol, como el amanecer y el atardecer. 

“Podemos aprovechar las vacaciones en el mar para mirar una puesta de sol, con un ser querido puede ser muy agradable. Ver el sol al nivel del mar es más seguro para la vista, porque hay luz rojiza o naranja que como ya mencionamos, tiene muchos beneficios”, destaca la experta. 

La importancia de los lentes de sol 

En caso de no poder entrenarse antes de exponerse al sol del medio día, es importante proteger los ojos con lentes con protección UV de calidad, especialmente si hacemos paseos en barco o bote y estaremos viendo el reflejo del mar mucho tiempo. 

Si estamos en la playa, es importante protegerse también manteniéndonos en la sombra o usando sombreros o gorras.

También podemos usar gafas estenopeicas o reticulares, que están hechas de plástico negro y tienen agujeritos, lo que permite pasar el espectro de la luz solar que es bueno para los ojos, pero sin que sea excesivo como para generarnos una molestia.

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Esto es ideal cuando estamos acostumbrados a la mala iluminación o la exposición constante a dispositivos electrónicos.

Los lentes reticulares también favorecen la agudeza visual porque le permitimos al cerebro recordar su gran capacidad de enfoque que muchos tenemos olvidada. 

¿Parpadeas lo suficiente? Empieza a hacerlo

Otro punto importante es asegurarnos de que parpadeamos, porque pasamos tanto tiempo delante de pantallas con lentes de cristal y en entornos artificiales que inhiben el parpadeo, el cual es muy necesario para la función visual

Lo ideal es parpadear una vez cada tres segundos y si detectas que no lo consigues puedes practicar la técnica del aleteo de la mariposa por 30 segundos que consiste en parpadear tanto como podamos sin hacer mucho esfuerzo durante ese tiempo.

Con este sencillo ejercicio nos queda la tendencia de parpadear más, lo que también ayuda a los ojos a gestionar mejor la luz solar porque hay un contraste continuo de luz y sombra que hace que el iris vuelva a funcionar en lugar de estar perezoso como lo tenemos frecuentemente. 

"Hay que procurar exponernos a la luz natural porque los ojos lo necesitan para funcionar bien  a cualquier edad, desde niños hasta mayores. También hay que poner atención a lo que nuestros ojos nos piden, si necesitamos un descanso, realmente dárselos, dejar de ver la computadora un momento para ver algo que esté lejos o parpadear", concluye la experta. 

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