Un fenómeno común conocido como “rebote” ocurre cuando las personas que han perdido peso lo recuperan rápidamente. Hasta hace poco, las causas de este efecto no estaban claras y mucho se atribuía a la fuerza de voluntad de las personas. Sin embargo, un estudio demostró que la obesidad va más allá: se aloja en las células, en un fenómeno que se conoce como “memoria obesogénica”.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada ocho personas en el mundo tiene obesidad. En muchos casos, esa tendencia está en su propio metabolismo, lo que quiere decir que, incluso cuando las personas están en la mejor disposición para bajar de peso, es probable que las células conserven la predisposición a engordar.
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Memoria obesogénica, una posible explicación a la obesidad y el rebote
Una investigación reciente publicada en la revista Nature aporta una explicación clave a este problema. Los científicos estudiaron células adiposas de roedores y descubrieron que la predisposición a la obesidad y la facilidad para ganar peso podrían estar relacionadas con la configuración celular. Es decir, que la “memoria” de la obesidad se almacena en el tejido graso, incluso cuando ya hemos bajado de peso.
El estudio, dirigido por el investigador Ferdinand von Meyenn de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, sugiere que los factores biológicos profundos, como la memoria metabólica y las alteraciones en las células adiposas influyen significativamente. Por eso, incluso tras intervenciones como cirugías bariátricas o dietas estrictas, muchas personas enfrentan dificultades para mantener el peso a largo plazo.
“Reducir el peso corporal para mejorar la salud metabólica y comorbilidades relacionadas es una meta principal para tratar la obesidad”, señalan los autores del estudio. “Sin embargo, mantener la pérdida de peso es un reto considerable, especialmente porque el cuerpo parece retener una memoria obesogénica que se defiende ante los cambios en el peso corporal”.
El rebote y las células adiposas
El estudio usó ratones para comprobar que las células adiposas, tanto las de los roedores como las humanas, retienen la memoria de la obesidad después de bajar de peso: “Nuestros hallazgos indican la existencia de memoria obesogénica, principalmente con base en cambios epigenéticos estables, en adipocitos de ratones y probablemente en otros tipos de células”.
Esta memoria obesogénica podría explicar el efecto rebote o “yoyo”, por el que muchas personas tienen dificultades no solo para bajar de peso, sino para mantenerlo una vez que lo logran.
La buena noticia es que, incluso si eres una de las personas con predisposición a ganar peso fácilmente, estos descubrimientos podrían ayudar en un futuro cercano a encontrar estrategias para que las personas con obesidad alcancen un peso saludable más fácilmente y, sobre todo, logren mantenerlo durante mucho tiempo.