Una nueva investigación publicada en la Revista Nature revela que ciertas especies de bacterias de la microbioma intestinal pueden ayudar a potencializar la producción de dopamina, neurotransmisor encargado de recompensar el ejercicio.
El estudio fue realizado en roedores debido la similitud de procesos biológicos con humanos.
Te podría interesar
"El estudio demuestra de forma bastante concluyente que, en los ratones, el deseo de hacer ejercicio está influido por el microbioma", afirma Anthony Komaroff, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de Harvard. "[Este estudio] proporciona una explicación mecanicista de cómo el microbioma podría influir en el apetito de los animales por hacer ejercicio”, según National Geographic.
Ejercicio: una herramienta contra diversas enfermedades
Consumir alimentos que aporten nutrimentos, reducir niveles de estrés, tomar agua son algunos de los consejos generales para mantener el cuidado de la salud. Realizar ejercicio es uno ellos.
Además de ser una herramienta para mantener el cuerpo activo, aporta diversos beneficios. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades incluye entre estos:
- En infancias entre los 6 a 13 años de edad ayuda a desarrollar habilidades cognitivas para pensar
- El la adultez puede reducir niveles de ansiedad y depresión.
- Reducción de probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, así como diabetes tipo 2 y algunos canceres
- Fortalecer huesos y músculos
A pesar los múltiples beneficios que otorga, existen indicadores de que las personas no realizan alguna actividad física. Un estudio publicado en Cuadernos de Psicología del Deporte informó que esto es causa de falta de tiempo, pereza, falta de gusto o cansancio debido al estudio o trabajo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), destaca la Secretaria de Salud aproximadamente un 60% de la población estaba en situación de sedentarismo. Esta es definida por Madrid Salud como la falta de actividad física ante la recomendación de realizar al menos 30 minutos diarios de ejercicios por tres días a la semana.
La institución mexicana de salud relaciona este fenómeno debido a la falta de espacios de áreas verdes, poco tiempo libre, tráfico vehicular, contaminación y el exceso del uso de aparatos tecnológicos, como videojuegos, televisores, computadoras y celulares.
¿Por qué el microbioma puede estar relacionada con el ejercicio?
El microbioma, según Grupo Sanvalero, es el conjunto de microbios, genes y metabolitos. Su distención entra la microbiota es que la existen de microorganismos residen en el cuerpo.
El equipo de investigación exploró la conexión entre el intestino y el cerebro en ratones. A través de la obtención de datos, como la velocidad durante el ejercicio, las especies bacterianas intestinales y los metabolitos presentes en el torrente sanguíneo, obtuvieron 2,1 millones de datos los cuales introdujeron a un programa informático.
Descubrieron que las diferencias poblaciones bacterianas intestinales explicaban mejor el rendimiento entre ratones. Para comprobar esta hipótesis, eliminaron bacterias intestinales a ratones a través de antibióticos. El resultado fue la disminución del alto rendimiento aproximadamente a la mitad.
La explicación fue que las amidas de ácidos grasos, metabolitos producidos por ciertas bacterias intestinales, estimularon los nervios sensoriales en las paredes del intestino. Al existir una conexión directa mediante la columna vertebral, los nervios liberaron dopamina, activando el cuerpo estriado.
El cuerpo estriado, de acuerdo con National Geographic, es el encargado de controlar la motivación. Gracias a dicha interacción, aumenta el deseo de realizar ejercicio al proporcionar una sensación de recompensa.
"Este estudio en animales plantea la cuestión de si los humanos a los que les encanta hacer ejercicio y los humanos que lo evitan se ven influidos por sus microbiomas", afirma Komaroff.
Hasta el momento el estudio no puede concluir que existe el mismo proceso en humanos, sin embargo, existen varias similitudes, como la presencia de microbiomas y amidas de ácidos grasos que impulsan el rendimiento.
"¿Significa esto que la vía se parecerá una a otra? No lo sabemos. Hay muchas diferencias entre la fisiología de los ratones y la humana. Pero estamos embarcados en un estudio en humanos que responderá a esta pregunta”, dijo Christoph Thaiss, microbiólogo de la Universidad de Pensilvania.
(Con información de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Secretaría de Salud, Madrid Salud, Grupo Sanvalero, National Geographic)