Uno de los remedios más comunes contra la “cruda” o resaca es tomar aspirinas con café, que supuestamente ayuda contra las molestias después de un día de beber en exceso, como el dolor de cabeza y el cansancio. Pero ¿cuál es el verdadero efecto? Te lo decimos.
El café suele ser la bebida ideal para empezar el día debido a que estimula al sistema nervioso central y ayuda a mantenerse alerta, pero muchos optan por combinarlo con aspirinas para aliviar molestias de la resaca, como cansancio, debilidad, dolor muscular, náusea y dolor de cabeza.
Te podría interesar
Incluso existen pastillas que ya combinan el efecto de la aspirina con la cafeína para tener un efecto más potente ante estas molestias.
Sin embargo, esta combinación también podría tener efectos negativos que debes conocer, especialmente si eres sensible a alguno de estos compuestos. Sigue leyendo para saber todo al respecto.
Aspirinas con café ¿es saludable esta combinación?
Momentáneamente, el café con aspirinas puede aliviar diversas molestias, pues el ácido acetilsalicílico, principal componente de la aspirina, se asocia con la mejora del dolor de cabeza, disminuye la inflamación y evita la formación de coágulos.
Por su parte, la cafeína estimula el sistema nervioso, nos hace sentir más despiertos y da un impulso de energía. Además, es un diurético, lo que significa que ayuda al cuerpo a deshacerse de agua y sal extra al orinar más, según detalla la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Si bien el consumo de estos dos productos no es peligroso, se recomienda hacerlo de forma moderada, ya que pueden alterar el estado de ánimo y el rendimiento.
De igual forma, se ha visto que las aspirinas con café pueden disminuir la construcción de vasos sanguíneos en el cerebro, lo que explica por qué combaten los dolores de cabeza.
Por su parte, el café contiene taninos, que podrían afectar la correcta absorción de medicamentos, impidiendo que cumpla con su objetivo para aliviar ciertas molestias.
El exceso de cafeína también puede tener efectos adversos, como latidos acelerados del corazón, sentirse ansioso o con molestias estomacales, señalan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH)
Es importante que las personas sensibles tanto a la cafeína como a la aspirina eviten esta combinación, especialmente si hay reacción alérgica a alguno de los dos.
Tampoco se deben consumir en los últimos tres meses de embarazo, ni se deben administrar en niños o adolescentes.
En caso de tener una úlcera activa en el estómago o cualquier tipo de problema de sangrado se debe evitar la aspirina a toda costa.
Las personas con problemas intestinales como reflujo ácido, personas que tienen problemas para dormir y personas que tienen presión arterial alta o problemas cardíacos deben evitar la cafeína, advierten los NIH.
De igual forma, recomiendan evitar mezclar café con alcohol, pues “la cafeína puede impedir que el cerebro sienta los efectos depresores del alcohol. Esto podría llevar a alguien a beber más de lo que normalmente bebería, aumentando su incapacidad”.
¿Qué sí funciona contra la reseca?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo en Estados Unidos (NIAAA), no existe ninguna poción mágica para combatir la resaca, y solo el tiempo puede ayudar.
Esta entidad de salud señala que se debe esperar para que el cuerpo termine de eliminar los subproductos tóxicos del metabolismo del alcohol, se rehidrate, sane el tejido irritado y recupere las inmunidades y la actividad cerebral hasta niveles normales.
“No existe manera de acelerar la recuperación del cerebro después del consumo de alcohol; beber café, darse una ducha o beber una bebida alcohólica la mañana siguiente no curarán la resaca”, alertan.
Recalcan que determinados analgésicos de venta sin receta, como la aspirina y el ibuprofeno, pueden aumentar la liberación de ácido e irritar el revestimiento del estómago. “Se debe actuar con cuidado al consumir estos medicamentos antes o después de beber alcohol”.
El único remedio infalible para la resaca, destacan, es evitarla bien sea consumiendo alcohol en moderación o eligiendo no beber en absoluto.
(Con información de NIH, MedlinePlus, NIAAA)