Útiles escolares, uniformes, salidas, juguetes, escuelas, cursos, médicos, entre otros tantos, son ejemplos de los servicios y productos que necesitan niñas y niños para su desarrollo, crecimiento, preparación y crianza. Para poder adquirirlos, madres, padres y cuidadores deben de trabajar con el fin de obtener el dinero que pague dichos servicios. Aunque el trabajo ofrece cierta estabilidad al núcleo familiar, un exceso puede repercutir tanto en lo individual, como en la vida de los hijos.
No ser adicto al trabajo cuando la persona es madre, padre o cuidador puede ser un reto complicado al tener que ofrecer sustento y comodidad, sin embargo, cuando se llega en este punto, se enfrentan complicaciones que el dinero o el trabajo no puedes resolver. ¿Cómo saber si soy adicto al trabajo? ¿Esto está repercutiendo en la vida de mis hijos? ¿Cómo disminuir esta adicción? Son algunas de las preguntas que responderemos en esta nota.
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¿Cómo afecta el trabajo de los padres a los hijos?
La adicción al trabajo, informa Avance Psicólogos, es un estado psicológico en la cual la dedicación a la actividad laboral pasa a ser casi una prioridad absoluta para la persona, haciendo que línea entre la vida y la vida profesional se difumine a costa de esta última. Las personas que son adictas al trabajo, también conocidas como workaholics, hace referencia a un comportamiento típico: trabajar a todas horas sin que exista alguien que les presione para ello, realizar horas extras y si es posible, trabajar en casa. Centro Bonanova Médico Psicológico enuncia otras características:
- Trabajar intensamente y tener dificultades para relajarse
- Necesidad de tener control total
- Incapacidad para delegar tareas y para trabajar en equipo, pues las demás personas no lo hacen bien
- Malestar intenso cuando no se obtiene el rendimiento esperado, no se controla la situación o las cosas no son como un esperaba
- Su autovaloración está centrada en el trabajo. Se puntúan conforme les haya ido en la jornada laboral y por los éxitos o fracasos que hayan tenido
Eresmamá detalla que los padres adictos al trabajo ocupan un nivel material y monetario en los hijos, sin embargo, pueden llegar a ser negligentes o ausentes a nivel emocional. Esto puede llevar a niñas y niños a sentirse desatendidos, poco importantes y escasamente conectados con sus padres, dando lugar a una serie de problemas. Algunos estudios menciona que las y los niños muestran mayor hiperactividad, falta de atención, alteraciones emocionales y problemas de conducta.
“El adicto al trabajo no se da cuenta que no está educando a sus hijos. (…) De ahí muchos hijos ven a sus padres simplemente como proveedores económicos y no como padres educadores. Algunos padres están tan ocupados en intentar dar a sus hijos lo que no tienen, que no les queda tiempo para darles lo que tienen, como amor, comprensión, formación y educación”, explica Francisco Grass para Vida Positiva.
Si eres una madre, un padre o un cuidador adicto al trabajo, Melodijosola recomienda primero identificar el problema y buscar ayuda, así como establecer algunos límites:
- Crear una rutina simbólica para deshacerte de las actividades laborales. Cámbiate, ponte ropa cómoda o deja el teléfono lejos. Si te cuesta trabajo, puedes salir a caminar o hacer ejercicio
- Crea con tu familia una atmósfera de unión donde tus hijos sepan que pueden acurrucarse a tu lado
- Busca que tu jornada laboral sea sólo la que designa el trabajo, no más
- Recuerda que tu tiempo es valioso, limitado e irrecuperable. ¿Vale la pena desperdiciarlo sólo en el trabajo?
(Con información de Avance Psicólogos, Centro Bonanova Médico Psicológico, Eresmamá, Vida Positiva, Melodijosola)