El duelo por la infertilidad es una problemática que socialmente es poco conocida y poco entendida por quienes no lo sufren, quienes minimizan la problemática.
Se trata de un proceso por el que pasan las madres y padres que, desafortunadamente, no logran llegar a concretar la maternidad o paternidad, incluso si han puesto su empeño y su tiempo para lograrlo, apoyándose de procesos que intenten ayudar a su infertilidad.
En muchos casos, quienes lo sufren pueden experimentar depresión, ansiedad, sentimientos de culpa, desesperanza, vergüenza y hasta problemas en su autoestima, derivados de la incapacidad para poder tener un hijo, pero también por el juzgar de la sociedad, lo que vuelve más complicado atender este problema a tiempo.
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¿Qué es la infertilidad?
Se trata de un problema en que la concepción no se puede alcanzar, y puede afectar al hombre, a la mujer, o a ambos.
El problema puede estar originado en problemas como la producción de óvulos, la falta de fijación del óvulo ya fecundado en el útero; además, en el caso de los hombres, podría deberse a una baja cantidad de espermatozoides o defectos en los mismos.
No existe una única causa específica para la infertilidad. En el caso de las mujeres, puede deberse a problemas autoinmunes, cáncer, diabetes, consumo excesivo de alcohol, trastornos alimentarios o problemas de desequilibrio hormonal.
Para los hombres, las causas pueden ser derivadas de defectos congénitos que afectan la estructura, salida o funcionalidad de los espermatozoides. La obesidad, la edad avanzada, y algunos tratamientos con fármacos o impotencia sexual también suelen ser responsables.
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Las cuatro razones del duelo por la infertilidad.
El doctor Alessandro Magnelli, ginecólogo, considera que existen cuatro fases o razones por las cuales puede existir un proceso de duelo:
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Un embarazo que no llega, aunque es esperado y trabajado.
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Tratamientos sin éxito.
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Tratamientos complejos, difíciles y costosos.
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Cuando se consigue un embarazo pero hay un aborto.
En muchas ocasiones, algunas parejas abandonan la idea de ser padres, incluso si es algo por lo que han luchado por mucho tiempo, o algo que han deseado desde temprana edad, debido a lo costoso y complicados que pueden ser los tratamientos, así como la frustración que puede causar no lograr un embarazo.
Desde etapas tempranas de los tratamientos pueden ir desarrollándose síntomas similares a los de un duelo, y en muchos casos podrían experimentarse también desde que las noticias de la infertilidad llegan a la pareja.
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¿Cómo se sufre el duelo por la infertilidad?
Aunque es difícil saber cuando lo experimenta, por lo poco comprendido que es, lo que lleva a que quienes lo padecen suelen no expresar sus sentimientos, la realidad es que es un proceso que se vive con mucha intensidad.
Es un duelo que ocurre porque algo que se esperaba, un hijo, no llegó, por lo que los dos sentimientos más presentes son la decepción y la tristeza. Se sufre por la pérdida, pero también porque lo que se deseaba no pudo concretarse.
Se tiene que considerar que el duelo por infertilidad es un problema que va en aumento, por lo que es importante llegar a visualizarlo y conocerlo, para poder actuar y ofrecer ayuda en el caso de que sea necesario.
Los individuos que sufren de esta condición pueden experimentar sentimientos de culpa, donde ellos mismos se responsabilizan por no ser capaces de concebir. Además, también se experimenta la tristeza, sentimientos de soledad, desesperanza, melancolía, y depresión.
También pueden sentirse “perdidos”, defraudados, e irritables. Pueden tener pérdidas de concentración, y es muy probable que no logren realizar tareas cotidianas, pues existe una carencia de ganas y deseos de hacerlo.
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¿Qué hacer ante el duelo por fertilidad?
Si bien cada duelo es individualizado y por ende lo que se necesita hacer dependerá de cada persona y sus sentimientos, a manera general se puede hacer lo siguiente:
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Acudir a grupos de ayuda. Siempre es importante saber que hay más personas que han sufrido el mismo problema, lo que formaría una red de apoyo emocional, principalmente para desaparecer la vergüenza o los sentimientos de culpa.
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Aceptar las emociones y no juzgarlas. Si eres quien lo sufre, o si alguien cercano a ti lo está sufriendo, es de suma relevancia no juzgar las emociones experimentadas, ni juzgarlas. Sentir no está mal, mucho menos si ha ocurrido algo para desencadenarlas. Aceptarlas ayudará a trabajar con ellas y que no se queden almacenadas.
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El duelo debe seguir su curso. Ningún duelo debe ser invalidado, y mucho menos debe ser apresurado; la correcta resolución del mismo está en que siga libremente su proceso.
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La terapia psicológica podría ser un apoyo importante, ya que ayudará a manejar emociones o sentimientos que podrían resultar perjudiciales. Así mismo, será de utilidad para resolver los sentimientos a manera de pareja.
(Con información de: Bebés y Más, ABC Familia, Elle, Sociedad Marcé Española, MedLine Plus)