Alex de Anda, tenor dentro de un ensamble coral de música de cámara por el día y encargado de un área de laboratorio clínico por las noches, comenta con una sonrisa en los labios que, desde la infancia, convertirse en padre era uno de sus principales objetivos en la vida.
- “¿Tú eres la mamá del bebé?”- Le preguntaban las personas adultas a Alex al ver su predilección por los nenucos sobre las muñecas.
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- No, yo soy el papá- respondía él.
Ahora, a sus 44 años de edad, comparte a través de una pantalla cómo fue gestar a su segunda hija en su propio vientre a los 39 años como hombre trans así como la atención médica que recibió durante su embarazo, una que no siempre es accesible y amable con personas de la comunidad LGBTTTIQA+.
En México, la población LGBTTTIQA+ asciende a cinco millones de personas, lo que significa que una de cada 20 personas se identifica como parte de esta.
Por su parte, la población transgénero, transexual o de otra identidad de género es de 909 mil, lo que equivale a un 0.9 % de las personas de 15 años y más, según la Encuesta Nacional sobre Diversidad sexual y de Género (ENDISEG) 2021, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En el marco del Día Mundial del Obstetra, la embarazada y las personas gestantes, reconocemos la importancia de recibir atención obstétrica antes, durante y después del embarazo para todas las personas que lo necesiten, pues la salud es un derecho humano para todas, todos y todes.
El anhelo de una familia
Tener una familia era la meta de Alex y su esposa. No obstante, esos planes se vieron pospuestos después de que su pareja fuera seleccionada para formar parte del Conservatorio Nacional de Bellas Artes en la Ciudad de México, una oportunidad única que le tomaría al menos 5 años concretar. Sin embargo, un año después, la esposa de Alex tuvo la idea de que él fuera quien gestara a su futura hija.
“’¿Y por qué no lo gestas tú?’” lo cuestionó. Al momento, el tenor comenta que le había parecido una idea “loca y revolucionaria” tener un embarazo. Llevaba años con tratamiento hormonal y desconocía si sería capaz de gestar un bebé. Pero la semilla había sido plantada en su mente y la oportunidad de tener a su propio bebé se estaba presentando frente a él a sus casi 40 años.
Fue entonces que dejó su tratamiento hormonal de testosterona y al poco tiempo sus ciclos menstruales se reactivaron. “Comenzamos a ir con un endocrinólogo y con una ginecobstetra para iniciar el proceso de gestación”, recuerda.
Una visión multidisciplinaria para las personas trans gestantes
La obstetricia es una disciplina de la medicina enfocada en la atención a la salud, asistencia y acompañamiento de las mujeres y personas gestantes antes, durante y después del parto a través de controles prenatales; asesorías en salud reproductiva, preparación integral de cuidados del recién nacido, diagnóstico y tratamiento de enfermedades con la finalidad de procurar la salud de la madre o la persona gestante, y el bebé, señala la Secretaría de Salud.
Al respecto, el doctor Carlos Ramírez, ginecobstetra y uroginecólogo pionero en realizar técnicas uroginecológicas en México, comenta en entrevista con SuMédico que el deber de un obstetra es ayudar a las mujeres y personas gestantes a planear y programar un embarazo en las mejores condiciones posibles.
“Lo ideal es que el embarazo sea programado planeado y deseado, porque con estas premisas la persona que se embaraza, es una persona que de forma general está sana para poder llevar un embarazo con menos riesgos”, asegura.
El doctor Ramírez también explica que es importante contar con un equipo multidisciplinario para poder atender a las personas trans gestantes, dado que su embarazo se vuelve más complejo y especializado si se trata de una persona que lleva o llevaba un tratamiento hormonal así como algún otro procedimiento significativo.
“El tratamiento en el caso de las personas trans debe de ser multidisciplinario. Es decir, un paciente trans debe englobar trabajo social, psicología, psiquiatría, endocrinología, urología, urología ginecológica y a veces cirugía plástica”, detalla el ginecobstetra Ramírez.
Además de lo anterior, la reproducción asistida es un proceso médico importante que también se suma al resto, pues se trata de un procedimiento socorrido por personas de la comunidad LGBTTTIQA+ para concebir, como fue el caso de Alex.
“Comenzamos a ir con un endocrinólogo y con una ginecóloga con antecedentes de ser personas muy abiertas. Cuando les contamos toda la situación, quedaron asombrados, pero dispuestos a monitorear mi embarazo y calcular en qué momento íbamos a realizar la reproducción asistida por inseminación”, asegura Alex.
Ocho meses después de suspender el tratamiento hormonal, Alex señala que la inseminación tuvo que realizarse en dos ocasiones en dos clínicas distintas debido a que en la primera vivió discriminación por parte del personal médico que le indicaba quitarse la barba si deseaba realizar el proceso y usar su antiguo nombre a sabiendas de que todos sus papeles oficiales lo identifican como hombre.
“Ellos no concebían y no querían que quedara en sus récords que habían inseminado a un hombre o no sé. Eso fue triste para nosotros, fue como un bajón que nos dio. A mí nadie me quita la idea de que esa primera inseminación no funcionó a pesar de todo el monitoreo que hubo y todo por esa situación de discriminación. Afortunadamente en mi segundo intento se pudo lograr el embarazo”, recuerda Alex.
Discriminación y falta de información sistemática
Leo es otro hombre trans que decidió gestar por cuenta propia, sin familia y sin pareja. Él, a diferencia de Alex, es un hombre trans que desde el momento que supo sobre su embarazo y fue a una consulta médica, recibió tratos despectivos y discriminatorios por su apariencia, orientación sexual y por la ausencia de “un padre” para su primer bebé.
“Fui al médico desde el primer momento en que ya se había cortado la regla y di positivo en mi prueba de embarazo. En algunas ocasiones me daba vergüenza ir por las miradas o las preguntas de ¿cómo pasó?, ¿y el papá oiga?, ¿pero se ve que es lesbiana? Me preguntaban cosas que no les importa a los médicos”, comenta Leo de 34 años detrás del monitor.
Hasta el momento y faltando apenas dos semanas para su alumbramiento, sólo ha recibido revisiones por parte de su doctora general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y algunos estudios que ha pagado de forma particular para monitorear la evolución de su embarazo. Esto, debido a los malos tratos que describe haber vivido con el médico especialista obstetra con el que tuvo algunas consultas y luego decidió dejar.
“Yo siento que definitivamente me faltó más atención en esta parte. Al principio fui las veces que se me citó (con el médico obstetra), pero no me explicaba bien lo que pasaba y contestaba equis mis preguntas. Yo prefería mejor ir al consultorio general con la doctora que era más amable que el especialista”, señala Leo con molestia.
En México el 26.0 % de la población LGBTTTIQA+ informó que, cuando requiere de atención médica, acude a instituciones públicas como IMSS, ISSSTE, Pemex, Ejército o marina, mientras que el 19.4 % dijo atenderse en el INSABI (antes Seguro Popular). Cabe mencionar que casi la mitad de esta población (49.8 %) reportó asistir a hospitales privados o consultorios de farmacia para atender su salud, mientras que el 2.1% no se atiende, informa el ENDISEG.
“Ser super padre y super madre”
El doctor ginecobstetra Ramírez hace hincapié que los médicos especialistas deben aplicar su conocimiento para ofrecer mecanismos de salud para todo individuo, tenga la identidad u orientación sexual que tenga, así como informarles a todas, todos y todes sus pacientes los procedimientos que se llevarán a cabo y en qué consisten para que no salgan con más dudas de las que ya tenían.
“Creo que la comunicación siempre es el primer paso que debemos tener con el paciente para que entienda los procedimientos que se llevan a cabo y actuar de formar objetiva para dar un buen servicio médico para todas las personas que lo necesiten”, enfatiza.
Leo asegura que, desde la infancia, así como Alex, siempre deseó la paternidad. Pese a todas las adversidades que ha vivido para conseguirla, como la ruptura de su antigua relación o toda la discriminación sistemática y falta de información que ha vivido durante su embarazo, asegura que ahora se encuentra más feliz y que, en sus palabras, no queda de otra más que ser “súper padre y súper madre” para su futura hija, a quien presume dentro de su vientre por videollamada.
Atención médica para la población LGBTTTIQA+, un problema de salud pública
Las barreras que encuentran las personas trans en México para recibir atención médica pública o privada son diversas pese a que el Código Penal Federal sanciona la discriminación por motivo de la preferencia, orientación sexual e identidad de género, y establece penas a quien atente contra los derechos de las personas, entre ellos, el derecho a la salud.
“No todos los lugares de salud están capacitados o familiarizados con la comunidad trans. Muchas veces (las y los pacientes) se sienten discriminadas o tienen miedo a un maltrato”, cuenta Erika González, encargada del área médica de la Unidad de Salud Integral para Personas Trans y el Centro Especializado en Medicina Integrativa (CEMI) en entrevista para Animal Político.
De acuerdo con el informe La situación de acceso a derechos de las personas trans en México, actualmente existen pocas investigaciones respecto a la salud de las personas trans en el país en materia de salud pública debido a que la mayoría están enfocadas en el tema del VIH e infecciones de transmisión sexual, por ello, se desconoce qué pasa con aquellas que requieren atención médica de otro tipo, como la obstetra, por mencionar un ejemplo.
En México suele pasar que las personas en general no asisten a centros de salud pública por su ineficacia en la atención. En este caso, el Foro Consultivo señala que los hombres trans (56.9%) tienen mayor acceso a estos servicios que las mujeres trans (41.4%), debido a que logran tener mayor estabilidad laboral por diversas causas. No obstante, aún falta trabajar en estos rubros para evitar cualquier tipo de discriminación.
Es necesario seguir implementando clínicas especializadas para atener la salud de las personas de la comunidad LGBTTTIQA+ como la Clínica Condesa y la Unidad de Salud Integral para Personas Trans con el fin de brindar una adecuada atención en centros de salud públicos que atiendan las necesidades particulares de personas trans como Leo y Alex.
(Con información de Secretaría de Salud, Inegi, Foro Consultivo, Código Penal Federal, ENDISEG).