El amor es un hermoso sentimiento que nos hace sentir en las nubes al estar en una relación de pareja pero ¿Qué pasa si amas demasiado? Puedes empezar a poner el bienestar de tu pareja por encima del tuyo, creando una dependencia. Conoce las señales de que amas demasiado y cómo arruina tu relación.
Al encontrar a esa persona ideal, es normal que queramos entregarnos por completo, haciendo sacrificios y cediendo ante las peticiones de la pareja, pero cuidado, dejarnos llevar por esta emoción puede llevarnos a amar demasiado, al punto de ponernos en último lugar.
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No estamos diciendo que amar demasiado sea algo malo, sino que cuando dejamos que esa situación se apodere de nosotros, puede volverse algo doloroso y que afecte nuestra autoestima y felicidad.
Nada en exceso es bueno y por ello, aunque el amor es un sentimiento puro y hermoso, cuando se desborda puede cegarnos a la realidad y llevarnos a situaciones conflictivas, dejando de lado nuestro propio bienestar.
¿Cómo saber que amas demasiado?
Darse cuenta de que amas demasiado no es fácil, pues comúnmente nos dicen que, para el amor verdadero, debemos entregarnos por completo, complacer al otro y hacer lo que sea con tal de estar juntos, sin embargo, este comportamiento no siempre es lo más sano.
Por atención a las señales que indican que amas demasiado:
- Tienes necesidad de cuidar a los demás
Si eres de las personas que siente que debe cuidar a los demás, incluyendo a su pareja, puede ser una bandera roja, ya que es fácil que creas que debes tolerar todas las adversidades con tal de que tu pareja esté bien. Incluso crees que tu amor protector hará que los problemas de la otra persona se resuelvan, pero no es así.
- En el fondo, tienes miedo al abandono
Cuando amas demasiado, en el fondo podrías estar ocultando un profundo miedo al abandono y por ello, te aseguras de hacer lo que sea para que tu pareja sea feliz y no le causes ninguna molestia que pudiera alejarla.
El problema es que tu autoestima empezará a depender de la otra persona y poco a poco puede tener control sobre tus acciones y tus emociones. Recuerda que la dependencia en una relación no es nada saludable.
- Intentas controlar a tu pareja
Por otro lado, amar demasiado o mejor dicho, demasiado mal, puede hacerte creer que puedes controlar a tu pareja, lo que te lleva a episodios de celos enfermizos, donde no soportas que tu pareja hable o salga con otras personas sin incluirte. Esto a la larga va deteriorando el vínculo porque no hay confianza y las discusiones serán más constantes.
- Quieres complacer en todo a tu pareja
Esto se relaciona mucho con el miedo al abandono, pues te aterra tanto perder a tu pareja, que crees que debes consentirlo, ceder y darle la razón a todo. Tu idea del amor verdadero es que tienes que complacer en todo a tu pareja, sacrificando tu bienestar y felicidad, porque cualquier cosa es mejor que perderle.
- Buscas llenar carencias
Amar demasiado a la pareja se relaciona con vacíos o carencias emocionales, principalmente en la infancia, ya que te esfuerzas al máximo para que la relación funcione, aun cuando puede ser evidente que las cosas van mal.
Tienes un gran deseo de sentirte amada y protegida en tu relación, porque no tuviste eso en la infancia y sin darte cuenta, permites malos tratos o situaciones abusivas.
¿Te identificas con estas señales? Es probable que ames demasiado, así que haz un análisis de porqué tienes la necesidad de entregarte por completo y si necesitas ayuda, recuerda que siempre puedes contar con el apoyo de un experto en salud mental.
(Con información de EnPareja)