La mononucleosis infecciosa (MI) —de acuerdo con expertos de Mayo Clinic— es una infección causada por el virus de Epstein-Barr (VEB). Este se esparce a través de la saliva y es por ello que a veces se le llama “enfermedad del beso”.
Por lo general la mononucleosis ocurre con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes, sin embargo, puede tenerse a cualquier edad.
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¿Qué es el virus de Epstein-Barr?
El virus de Epstein-Barr, también conocido como el virus del herpes humano 4, es miembro de la familia de virus del herpes. Este es uno de los más comunes. La mayoría de las personas se ha infectado con el VEB en algún momento de su vida, de acuerdo con los Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Sprunts y Evans fueron los primeros en usar el término en 1920 para nombrar un síndrome caracterizado por dolor de cabeza o garganta; fiebre y agrandamiento de ganglios linfáticos en axilas o cuello; faringitis y sarpullido.
Por otro lado, pese a que la mononucleosis infecciosa está causada por el virus de Epstein-Barr en un 90-95% de los casos, esta infección puede causarse por los citomegalovirus (CMV), un virus común en personas de todas las edades.
La relación del virus de Epstein-Barr (VEB) y la mononucleosis infecciosa, se estableció en el año 1968 de acuerdo con un artículo de Elsevier.
¿De qué manera se diagnostica la enfermedad del beso?
Como los síntomas de la mononucleosis infecciosa tiene indicios comunes con otras afecciones (fiebre, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados), un análisis de sangre puede demostrar si está presente o no en el organismo. Para ello, los heterófilos, anticuerpos en la sangre, permiten el reconocimiento seguro de la enfermedad.
El tratamiento se enfoca principalmente en mejorar los síntomas. Incluye analgésicos y medicinas para la fiebre, gárgaras con agua tibia y sal, abundantes líquidos y mucho reposo.
¿Cómo podemos contagiarnos?
En la mayoría de los casos, los contagios con el VEB pasan inadvertidos. La principal fuente de contagio es el contacto oral a través de la saliva, como en el caso del covid-19.
Lo anterior no incluye solo el beso, compartir utensilios de cocina, botellas de agua, bebidas alcohólicas y mantener relaciones sexuales también pueden ser un foco de infección. Los síntomas pueden empezar a sentirse incluso 49 días después del contagio.
El portal de MedlinePlus asegura que después del contagio y la presencia de los primeros padecimientos, estos pueden durar de dos a cuatro semanas máximo, no obstante, la carga viral puede permanecer en una persona contagiada hasta 5 meses.
Contagiarse por el VEB puede traer consecuencias a largo plazo no tan comunes como cáncer o enfermedades autoinmunes.
Si bien este virus no debe ser razón para dejar de besar a otras personas, es necesario mantenerse alerta y detectar los síntomas a tiempo.
(Con información de Mayo Clinic, CDC, MedlinePlus)