En el amor romántico influyen múltiples concepciones del imaginario colectivo: la monogamia, el cristianismo o el propio romanticismo (valga la redundancia). Antes de iniciar una relación, los adolescentes deben conocer las bases para sostener un vínculo afectivo correctamente: límites y comunicación.
La primera relación amorosa es una experiencia intensa y significativa. Puede ser fuente de alegría, pero también de dudas e inseguridades.
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Además, durante la adolescencia se desarrollan las habilidades emocionales y sociales que más adelante permitirán formar vínculos saludables.
De acuerdo con la Dra. Terri Apter, psicóloga especializada, "Los adolescentes se esfuerzan mucho por comprender su nueva gama de emociones. Sus esfuerzos están compuestos por la interocepción, ese sexto sentido de nosotros mismos encarnados, con sensaciones del estado interno de nuestros órganos, el bombeo de nuestro corazón, la actividad digestiva en nuestro estómago, el llenado y vaciado de nuestros pulmones, el calor, el viento, el tacto y textura en nuestra piel".
Por esta razón, comprender qué significa tener una relación sana es crucial antes de enamorarse por primera vez.
1. Amar no significa perder tu individualidad
Una relación no debe hacerte olvidar quién eres. Mantener tus intereses, amistades y metas personales es esencial para tu bienestar individual como persona. Antes que pareja, eres un individuo con intereses propios.
Tu pareja debe acompañarte, no controlarte ni limitarte.
En palabras de la periodista Celia Pérez León, "Nos han vendido que el amor nos completa. Con estas ideas de la “media naranja”, de “buscar a tu mitad”, le enseñamos a los más jóvenes, de forma inconsciente, que no están completos. Y este es el gran error".
2. El respeto y la confianza son la base de toda relación
Toda relación sana se construye con respeto mutuo. Los adolescentes que aprenden a comunicarse sin gritar, manipular o presionar desarrollan relaciones más estables y seguras. Si hay celos, control o insultos, eso no es amor, es una señal de alerta.
3. Aprende a establecer límites
Decir “no” es un derecho.
Los expertos en salud emocional recomiendan que los adolescentes conozcan sus límites físicos y emocionales, adicionalmente que los expresen con claridad. Una pareja que te quiere de verdad respetará tus decisiones sin presionarte.
4. La comunicación es el cimiento
Hablar de lo que se siente, piensa o necesita evita malentendidos y conflictos. Una comunicación abierta fortalece la empatía y la confianza. No se trata de tener una relación perfecta, sino de poder expresar emociones con sinceridad y sin miedo.
5. Cuidar tu salud emocional y física
El amor implica cuidado, esto incluye practicar relaciones íntimas seguras, respetar los tiempos de cada persona y evitar conductas de riesgo.
La educación sexual temprana y responsable protege la salud de los adolescentes, fomenta decisiones informadas y previene enfermedades.
El amor propio es la base de todo vínculo saludable.
Saber quién eres, qué necesitas y qué límites tienes te permitirá vivir tu primera relación con madurez, alegría y seguridad. No puedes amar a alguien si no te amas a ti mismo primero.