Una buena vida sexual significa un correcto estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. Así lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS), entonces, ¿por qué fingimos en la intimidad?
Los beneficios de una vida sexual está avalada por los sexólogos, quienes refieren que “durante la práctica sexual, liberamos una serie de hormonas; la mujer oxitocina y el hombre vasopresina, ambas fomentan los sentimientos de apego, fortaleciendo la unión de la pareja. Además, los momentos placenteros hacen que también se libere testosterona, hormona que fomenta la producción de dopamina, la cual también fomenta el romance”.
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Además de que durante el orgasmo, se genera una hormona, denominada dehidroepiandrosterona, que intensifica nuestra capacidad intelectual, potencia el funcionamiento del sistema inmunológico, inhibe el crecimiento de tumores, favorece el crecimiento de los huesos y funciona como antidepresivo, por solo mencionar otros más de los muchos beneficios, según el blog de psicología Área Humana.
¿Por qué fingimos en la intimidad?
De acuerdo con los sexólogos “fingir en nuestra vida sexual de una forma recurrente y consciente, tiene importantes consecuencias emocionales y por supuesto sexuales, que nos afectan personalmente y condicionan nuestras relaciones”.
Entonces, si la vida sexual otorga tantos beneficios a nuestra salud, ¿por qué fingimos en la intimidad? Estos son algunos motivos según los expertos:
- Por ser poco probable que el orgasmo llegue.
- Se quiere terminar cuanto antes.
- Para evitar consecuencias negativas (por ejemplo, herir los sentimientos de la pareja) y obtener consecuencias positivas (por ejemplo, complacer a la pareja).
A las razones anteriores, se pueden sumar:
- Quedar bien: Estoy tardando demasiado, seguro que se está aburriendo. Y si no llego al orgasmo, ¿qué va a pensar de mí?
- Complacer y premiar a la pareja sexual: Se debe tener un orgasmo delante de la pareja sexual para complacer. Si uno de los miembros se siente responsable de hacer disfrutar a la pareja sexual y no lo obtiene, se puede sentir frustrado.
Sin embargo, lo anterior conlleva más problemas de los que pensamos. “Fingir es un acto unidireccional realizado de modo consciente y que perjudica a nuestra vida sexual: Cuando se simula el placer en un acto sexual se va favoreciendo y estableciendo prácticas sexuales que no estimulan nada y pueden desencadenar disfunciones sexuales como falta de deseo, dificultad para excitarse, para mantener la erección, anorgasmia. Mantener en el tiempo estos comportamientos no placenteros hacen más difícil cambiarlos. Se estarán haciendo conductas sexuales que no producen placer, y la pareja seguirá haciéndolas pensando que sí lo son”, explican los sexólogos de Área Humana.
En resumen, una vida sexual positiva conlleva muchos beneficios a nuestra salud y fingir en la intimidad tiene consecuencias negativas. Y si tienes dudas al respecto, el especialista al que puedes recurrir es un sexólogo. El sexólogo enseña a conocer, entender y tener un mejor control sobre la respuesta sexual.
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