Actualmente existen más conceptos que las personas retoman para referirse a situaciones o actitudes que ocurren en las relaciones laborales, amistosas o amorosas. Nombrar las cosas que pasan nos permite conocerlas e identificarlas. Por eso, no es de sorprenderse que un nuevo concepto se sume al resto: el “cookie jarring”.
Te contamos más sobre este concepto que ha ganado terreno entre las parejas sexo-afectivas y por qué podría resultar un problema realizar esta práctica.
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¿Qué es el cookie jarring?
El cookie jarring, detalla Público, es una metáfora tomada del inglés que se vincula a las galletas (cookies) que se refiere a la insatisfacción o necesidad de comer más a pensar de tener una galleta o estar lleno. Esto se trasporta al mundo de las parejas, pues es un término que se usa para referirse a las personas que desean coquetear con otra persona a pesar de tener una pareja “por si acaso” o simplemente porque les gusta hacerlo.
En este sentido, la persona que mantiene una relación constante de coqueteo con otra suele hacerlo por aburrimiento, para no estar sola o porque le interesa la otra persona, según Vanitatis. En teoría el cookie jarring no va más allá de un coqueteo, pero cuando esta conducta se repita constantemente a espaldas de tu parea puede tener consecuencias negativas en la relación, en especial en una monógama, dado que se trata de algo que tal vez no se tenía contemplado en los acuerdos previos.
Se dice que el término ganó popularidad a través de redes sociales hace menos de cinco años como respuesta a la creciente tendencia a coquetear con otras personas a pesar de tener pareja para mantener activas relaciones de “amistad” que se entienden como alternativas a la pareja actual.
¿El cookie jarroing se puede considerar como infidelidad?
Para algunas personas que su pareja coquetee con otra puede considerarse como infidelidad, así como para otras puede que no. Por eso, es importante fijar los límites de la relación y qué es lo que cada quien decide que es una infidelidad. Entre más claros sean entre sí con esos límites y acuerdos más fácil será reconocer si esto puede considerarse como un acto desleal o no.
En el caso de las relaciones monógamas tradicionales donde hay exclusividad tanto sexual como emocional, esto tal vez podría considerarse como infidelidad a comparación de las relaciones abiertas. Por eso, cada relación de pareja debe definir los límites de lo que se considera infidelidad o no.
Sin duda, no podemos negar que otra persona puede llegar a gustarnos. Es natural que esto suceda, no obstante, cuando el gusto por alguien más rebasa los límites que tenemos con nuestra pareja, debemos replantearnos si queremos seguir o no en la relación actual por salud mental de ambas partes.
(Con información de Vanitatis, Público, El Español).