Las enfermedades que afectan al ser humano pueden clasificarse en forma global en agudas o crónicas y transmisibles o no transmisibles. Como ejemplo de agudas se encuentra la apendicitis, como crónicas la diabetes mellitus. Al referirnos a enfermedades transmisibles nos referimos aquellas que pueden ser contagiosas. Vistas así, la gran mayoría de las enfermedades tienen un componente en común que es la inflamación.
Aulus Celso describe a la inflamación por la presencia de cuatro signos cardinales: rubor, calor, dolor y aumento de volumen del área afectada. Este último descrito por Hipócrates como edema. Galeno posteriormente agregaría a los signos de Celso la pérdida de la función.
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Quizá todos hemos vivido ese fenómeno cuando sufrimos el corte de la piel con el canto de una hoja de papel. En el siglo XVIII, John Hunter, un cirujano Inglés, describió que “la inflamación no debe considerarse como una enfermedad, sino un saludable mecanismo encaminado a recuperar el equilibrio”.
¿Qué es la inflamación y por qué surge en el cuerpo?
Hoy podemos decir que la inflamación es una condición que el organismo genera para recuperar el equilibrio de nuestro cuerpo, y lo hace a través de sustancias que conocemos como mediadores inflamatorios producidos en células específicas. Estos favorecen la comunicación entre células y a la reacción que generan se conoce como respuesta inflamatoria.
Los mediadores se producen y secretan por los glóbulos blancos o leucocitos, las células del interior de los vasos sanguíneos o endoteliales, entre las principales. La mayoría de las ocasiones esta respuesta se contiene, sin embargo en otras, se sale de control y puede llevar a situaciones de gravedad.
Dentro de las enfermedades más representativas en las que hay respuesta inflamatoria es la apendicitis aguda, cuyo tratamiento quirúrgico resuelve el proceso. Hay ocasiones que microorganismos que infectan al ser humano inducen una respuesta inflamatoria, como en el caso de covid-19.
¿Cuándo preocuparse por la inflamación?
Cuando el proceso inflamatorio no se puede contener y se asocia a infección se le conoce como sepsis, una condición grave que puede comprometer la vida de las personas.
Se ha observado que la respuesta inflamatoria está presente en personas que viven con obesidad, y esta inflamación crónica está generada por el tejido adiposo que produce mediadores. Recientemente se ha visto que los microorganismos que viven en nuestro intestino conocidos como microbiota, también generan inflamación en nuestro cuerpo.
La importancia del tema es enorme, ya que la obesidad es muy frecuente en nuestra población, especialmente en la infancia. Lo mismo aplica para otras enfermedades que hoy sabemos que tienen un componente inflamatorio crónico como el cáncer.
Conocer los mecanismos de la respuesta inflamatoria desde diferentes enfoques y disciplinas significa que eventualmente se podrán controlar de manera mas precisa los elementos que la generan, lo que forma parte de la medicina de precisión.
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